Valladolid

La mujer que andaba seis kilómetros para ir a Medina de Rioseco

María del Carmen vivía en el número 1 de la calle de Abajo, en la casa familiar, que ocupa una manzana, a escasos metros de la carretera VA-515. Era hija de Lucinio Rodríguez y Teresa Rodríguez, una familia con siete hijos, dedicada a la agricultura y a la ganadería. Tras fallecer hace años su padre, María del Carmen dedicó su vida a cuidar a su madre y a su hermano Paco, que fue alcalde de la localidad. Al fallecer su madre primero y su hermano después, llevó luto durante mucho tiempo, en un doloroso momento de su vida, según recuerdan los vecinos, con los que «no tenía relación alguna ni la quería tener». Era normal verla, tirando de un carrito, hacer andando los seis kilómetros que separan Rioseco de su pueblo, sin que nunca aceptase la ayuda de vecinos ni tampoco de la propia Guardia Civil cuando se cruzaban con ella. De sus hermanos, aún viven tres de ellos en Rioseco, Madrid y Venta de Baños.

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Hacía ya bastantes días que los vecinos la echaban de menos y por eso alertaron a la Guardia Civil. El suceso ha conmovido la vida tranquila del pueblo, aunque quizás no ha sorprendido tanto, ya que durante el verano, en la terraza del bar, se comentó que podía suceder lo que ha sucedido. Por eso, muchos han coincidido en que es «una tristeza tener que morir así». Además, los más veteranos recordaron que María del Carmen no siempre fue así, que en su juventud participó en la vida social del pueblo e incluso que tuvo un novio en Rioseco. También se recordó que durante algún tiempo trabajó en el Ayuntamiento valverdino barriendo las calles y que entones tuvo un trato más cercano.

El alcalde aseguró que «los servicios sociales y las instituciones deberían velar porque esto no sucediera, habría que ayudar a esas personas aunque sea en contra de su voluntad por su bien y por el del resto de los vecinos». En ese sentido recordó que «desde el Ayuntamiento se le había ofrecido ayuda, aunque la había rechazado».

No cabe duda de que la oferta de servicios en el propio municipio puede ayudar a evitar este tipo de sucesos. Servicios como los que el Ayuntamiento pretende dar en su nuevo edificio, en el que habrá un centro social, además de una cafetería, donde los mayores de 65 años empadronados en el pueblo podrán comer a un médico precio.