Montemayor de Pililla es uno de esos pueblos de Tierra de Pinares que imprime carácter en toda su extensión. Sus fachadas de piedra y sus laberínticas calles invitan a perderse en una localidad que sabe como nadie mantener sus tradiciones y costumbres, que fue cabeza de sexmo y posteriormente nombrado Villa por el rey Juan II cuando residía en la Corte de Medina del Campo.
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Entre sus tesoros patrimoniales se encuentra la Iglesia de Santa María Magdalena, construcción en piedra del XVII (que aspiraba en sus inicios a ser castillo) que alberga en su interior un bello retablo de gran importancia (como queda reflejado en los inventarios encontrados que datan del año 1623) y una imagen del siglo XV de la Santa que da nombre a la Iglesia.
Del mimo que los vecinos de este pueblo han puesto en mantener intacto el templo hay pruebas prácticamente desde sus construcción, ya que en 1909 se hundió su torre original y posteriormente fue reconstruida, así como sus campanas que han sido fundidas varias veces. Sin ir más lejos, hace unos meses los vecinos han dado buena muestra del interés por continuar con la perpetuidad de su patrimonio a través de donaciones económicas privadas.
Montemayor posee además un frontón, de una sola pared, construido en piedra de sillería que es único en la provincia y tuvo además dos ermitas, la de San Gil y la del Santo Cristo o Humilladero, una construcción sencilla de piedra en su fachada que mantiene la estética propia del municipio en cuyo frente se erige una cruz que salvaguarda el templo.
Patrimonio Vivo
Pero si de algo presumen los vecinos de esta localidad es de la importancia que tiene para ellos la Función de la Cruz (cuyo origen se remonta al siglo XVII) y la Plaza de Toros de la Empalizada, ambas fueron declaradas hace tres años como Bien de Interés Cultural de carácter Inmaterial. Transmitida como patrimonio vivo de generación en generación, la Función de la Cruz constituye un elemento de vinculación social en el municipio donde destaca la procesión con la Cofradía de la Santa Cruz de la que existen datos desde el siglo XVI.
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Por este motivo, su declaración como BIC fue el último paso para reconocer además las profundas raíces taurinas con las cuenta el municipio (casi un tercio de la localidad es miembro de la Asociación Taurina La Empalizada). La plaza es de madera de pino y se monta y desmonta cada año, lo que imprime un carácter efímero pero emblemático del patrimonio que posee esta localidad. De obligada visita para conocer desde dentro la historia de un pueblo que fue villa.
«Montemayor fue cabeza de sexmo y, posteriormente, nombrada villa»
Cuenta en la actualidad con más de setenta bodegas que bordean todo el cerro de este municipio vallisoletano y, aunque en mal estado de conservación, existen tres antiguos palomares. Montemayor de Pililla tuvo incluso hospital hace varios siglos, aunque no quedan restos.
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Qué visitar
Patrimonio:
Iglesia de Santa María Magdalena, ermitas de San Gil y del Santo Cristo, frontón. Cuenta con más de setenta bodegas que bordean todo el cerro de esta localidad vallisoletana. Aunque en mal estado de conservación, en el pueblo encontramos tres antiguos palomares.
De interés:
Montemayor tuvo hospital hace varios siglos, aunque hoy en día no quedan restos.
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