Valladolid

Montemayor, «apagado y triste» por la muerte de Ginés: «Era excepcional»

Las motos eran su gran pasión y el día que salió de casa lo hizo con más ilusión si cabe. «Ginés me dijo: Nuria, me voy a probar los zapatos nuevos que le he puesto a la moto; y yo le dije: Conociéndote igual te vas a Murcia. Él me respondió sonriendo: No, tan lejos no me voy a ir... y mira lo que ha pasado», recuerda con la voz entrecortada su amiga Nuria Morais, dueña del Bar Americano al que Ginés era asiduo y donde apuró su último café antes de emprender su marcha.

Echará de menos ese saludo especial que tenían ambos cuando él entraba por el bar, echará de menos «sus chistes y su simpatía, esa gracia natural», echará de menos al que define como «una persona excepcional» y echará de menos no celebrar su cumpleaños «58 hubiera cumplido este sábado», dice apenada.

La noticia de su muerte ha caído como «un jarro de agua fría» en una localidad de 915 vecinos donde todos destacan de entre decenas de calificativos cariñosos dos con los que hoy le definen: «Ginés era muy respetuoso y muy responsable».

En la localidad donde se asentó Ginés hace 16 años, el ambiente se nota «triste y apagado» por perder a alguien «siempre dispuesto a lo que hiciera falta para hacer feliz, echar una mano y ayudar a los demás. Por eso es tan injusto y duele más», dice Esther González, amiga y dueña del Bar Portobello´s. Habla en nombre del grupo de quintos en el que Ginés se integró a la perfección poco después de llegar a Montemayor y en nombre del mismo grupo de amigos que hoy se escribe por WhatsApp para elegir una corona de flores para él.

Esther saca una media sonrisa cuando recuerda la primera vez que Ginés formó parte del grupo de teatro, también cuando hizo de Papá Noel para los niños del pueblo. «Estaban acostumbrados a abrir unas cortinas para ver a Papá Noel, pero él quiso hacerlo especial y quiso entrar por el centro del cine ir saludando. Así era él», finaliza afectada.

En el Ayuntamiento imprimen carteles con un bonito mensaje y con su foto como recuerdo. «Él era de Barcelona, allí también era conductor de autobuses y hace 16 años se quedó a vivir aquí, desde entonces ha sido uno más y se ha integrado a la perfección. Era un hombre muy querido por todos y éramos como su familia», dice el alcalde de la localidad, Iván Velasco.

Los 40 miembros del Club Motomayor también le van a echar mucho de menos. «Estamos todos...», dice Emilio García, amigo y representante de la familia motera que llora su reciente muerte en la carretera. «La zona donde le han encontrado no era nueva para él, muchas veces cogía la moto y se iba a Asturias, luego volvía y siempre avisaba, por eso, nos temíamos lo peor desde el principio al no ir a trabajar el miércoles, porque para él el trabajo era sagrado», dice emocionado. A su lado pasa un joven vecino que añade: «Me enseñó a ir en moto y la próxima vez que nos juntemos vamos a hacer tanto ruido que nos va a oír desde el cielo», asegura emocionado y sin parar de caminar.

Tras conocer la noticia de la desaparición de Ginés, su ex mujer, Irene, y su hijo Genís, (ambos viven en Barcelona) regresaron al pueblo para estar cerca de la familia de ella, que también reside en la localidad donde hoy reciben el pésame entre abrazos y gestos de cariño de los que se cruzan con ellos.

Irene compartió su vida y su pasión por las motos con Ginés del que habla con gran cariño y al que define como su primer amor. «Era una persona maravillosa que no se merecía irse de este mundo tan joven, te recordaremos siempre 'pisapedales', alegre y divertido, no te olvidaremos jamás».

La familia ha querido aprovechar las redes sociales para agradecer el apoyo del pueblo, de las asociaciones de moteros, a la Guardia Civil de Valladolid, de Cogeces del Monte a la Policía Judicial, a los compañeros de Auvasa, a los equipos de rescate y a todas las personas que se han preocupado por Ginés estos días.

Lo que sucedió exactamente en la carretera AS-212, a la altura del mirador de Furacón (Asturias), lo determinarán los resultados de la autopsia de Ginés, cuyo cuerpo se encuentra en el Instituto Anatómico Forense de Oviedo y será trasladado a Montemayor, donde será velado hasta el viernes por la mañana, cuando está previsto que sea incinerado en El Salvador, ya en Valladolid.

Lo único que les consuela en cierto modo, tanto a la familia como a los amigos de Ginés, es la frase que alguna vez dijo este querido vecino y que tanto sentido recobra ahora: «Si me muero encima de la moto, me muero feliz».