Lugar en el que fue enterrado Nevado tras desaparecer del parque canino de Zaratán. El Norte

El misterioso entierro del perro Nevado en Zaratán

El can fue atropellado e inhumado en la cuneta de la A-60, junto a Equinoccio, sin que nadie avisara a su dueña Belén, quien estuvo seis días buscando a su mascota sin descanso

Sofía Fernández

Valladolid

Lunes, 1 de agosto 2022

Un paseo nocturno con su perro Nevado se convirtió en una pesadilla y una triste pérdida de la que Bélen Rodríguez aún se está recuperando. Tal y como narra la vallisoletana, el miércoles 15 de junio salió por la localidad de Zaratán con su perro de dos años, una mezcla de beagle con podenco.

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Cuando Belén llevó a su perro al parque canino del municipio, sobre las 23:30 horas, solo Nevado estaba disfrutando en ese momento de las instalaciones para cánidos con las que cuenta Zaratán, pero apenas unos minutos después un grupo de tres jóvenes abrió a propósito las puertas del parque y Nevado se escapó.

Belén recuerda bien ese momento, llamó a su perro en numerosas ocasiones y le buscó durante toda la noche, pero no logró dar con su paradero. Durante seis días, Belén junto a un grupo de 17 voluntarios estuvieron buscando a Nevado mañana, tarde y noche, sin descanso. «Estuvimos horas y horas, forré de carteles con su imagen Zaratán, Puente Jardín, la zona de la Maruquesa, Fuente el Sol, Wamba o Cabezón. También nos iban llegando pistas de gente que decía haberlo visto, pero ninguna fiable», lamenta Belén.

«De forma ilegal alguien cogió una pala y le enterró sin más miramientos»

Belén Rodríguez

Dueña de Nevado

Seis días después, se percataron de un mancha de sangre en el asfalto de la A-60, dirección León, concretamente en el punto kilómetro 38 en una zona próxima al centro comercial Equinoccio. Sus peores presagios se cumplieron y finalmente el 22 de junio Belén se topó con la triste realidad, alguien había atropellado a su perro. «No solo eso», añade.

«Primero vimos su arnés, medio escondido entre unos arbustos de la cuneta y luego finalmente nos percatamos de tierra removida. Habían enterrado a Nevado sin más, sin pasar el lector de microchip, sin avisarme de nada. De forma ilegal alguien cogió una pala y le enterró sin más miramientos», asegura la vallisoletana visiblemente afectada por la muerte de su cariñosa mascota de dos años.

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En ese lugar Belén quiso recordar a Nevado y llevó flores blancas rosas a la cuneta donde encontraron a su perro, también puso unas piedras a modo de tumba sobre la que descansaba una pequeña nota: 'Nevado, siempre en nuestros corazones'. «Pero no conformes con el sufrimiento que genera la pérdida de una mascota y más en estas circunstancias totalmente traumáticas, al día siguiente alguien retiró el pequeño altar. No molestaba a nadie, no puedo entender el por qué de tanta maldad», comenta abatida.

Denuncia de los hechos

El día 16 de junio, un día después de la desaparición del can, Belén decidió ir al cuartelillo de la Guardia Civil de Zaratán para dar parte de lo sucedido. Acudió una semana después para informar del atropello mortal de su mascota y de la solicitud la Dirección General de Tráfico de las imágenes de una cámara de seguridad vial situada en un punto cercano. «No he tenido respuesta. Sospecho que los propios trabajadores de conservación de carreteras fueron los que enterraron sin mirar el chip, porque nadie puede pararse en ese punto con su vehículo, coger a un perro de 20 kilos y enterrarlo con una pala», argumenta Belén.

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La dueña de Nevado solo pide justicia, «no quiero que nadie sufra lo que yo he sufrido, que esto no le pase a nadie más y que se castigue el atropellar a un perro y no dar aviso, el que lo entierren sin más, sin leer el chip y sin informar a sus dueños».

Varios de los voluntarios que acudieron durante seis días a las inmediaciones al lugar donde se perdió la pista de Nevado explican que el caso de Nevado no es aislado y denuncian además hechos similares en Valladolid.

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Casos similares

«Tienen que cumplir con la ley y además de pasar el lector hay que avisar a los dueños. Por desgracia no es la primera vez que algo así sucede, el 17 de febrero sucedió lo mismo en la VA-30 dirección Olmedo y en los dos últimos años fueron enterrados en la cuneta otros dos perros en la A-601 cerca del polígono El Brizo, también un galgo en la A-62 y un pastor alemán en la A-11. No hay derecho», finaliza Raquel Piquero, una de las voluntarias de la búsqueda.

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