El minimercado, en la puerta de casa

Sin tienda ·

Herrín de Campos recibe la visita semanal de un ultramarinos móvil para que los vecinos hagan acopio de comida y productos de limpieza

Berta Pontes

Valladolid

Sábado, 2 de octubre 2021

El sepulcral silencio que invade las calles de Herrín de Campos rozando las once de la mañana desaparece cada jueves con la melodía de la furgoneta de ultramarinos de Belén Sahagún. Su Ford Transit, blanca y aparentemente sencilla por fuera, esconde en su interior ... un almacén multicolor con todos los productos necesarios para el hogar. Latas de conservas, pastas, galletas, lejía, detergente y desinfectante son algunos de los productos estrella que esta vendedora ambulante lleva a todos los pueblos. El 'All my loving' de Los Manolos es la melodía elegida para llamar la atención de los vecinos e inundar las calles para que, a su paso, abran sus puertas y salgan a la calle a comprar lo que necesiten esa semana. «¡Atención! Hemos llegado a su pueblo. Todo lo imprescindible para su hogar. Productos de droguería, limpieza, higiene y aseo personal...», recita de forma incesante la voz que acompaña a la melodía.

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Vídeo.

Una vez parada, la furgoneta muestra todo su esplendor cuando Belén abre las puertas traseras. La caja registradora apenas se divisa por la cantidad de productos de los que dispone, pero el perfecto orden de cada estante genera una atractiva calma visual al mirarlo. «Tenerlo ordenado es importante para que la gente pueda ver lo que traigo y, además, para saber dónde tengo cada cosa y despachar más rápido», asegura Belén.

Entre sus clientas habituales hay varias vecinas de Herrín que cada jueves necesitan algún alimento o producto para el hogar. «Tengo clientas fijas y muchas compran lo mismo cada semana, así que ya sé más o menos lo que tengo que tener para que no se queden sin ello. Sobre todo el chocolate, que no falte», comenta. Una de las primeras paradas de este jueves fue el domicilio de Julia del Rey, asidua «cada semana». A su juicio, la visita de esta furgoneta «hace más sencilla la vida en el pueblo» y le permite hablar y «desahogarse» con la dependienta. Llena su cesta con galletas, champú, queso y chocolate «porque aunque no deba tomar azúcar, el dulce me alegra la vida».

Hace varios años que Belén visita Herrín de Campos. Este municipio, al no disponer de supermercado o tienda de ultramarinos, depende de los vendedores ambulantes que llegan en furgoneta y recorren sus estrechas calles. Aquí pasa alrededor de una hora, pero hay otros en los que está toda la mañana por el elevado número de vecinos que demandan sus productos. «Lo que más vendo es chocolate y cosas dulces, además de productos de limpieza que han sido muy solicitados durante la pandemia», afirma.

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Una profesión «con futuro»

El trabajo de Belén consiste en «ir de pueblo en pueblo vendiendo». Los kilómetros y el mal estado de la carretera no importa cuando lo fundamental es acercar a la población de los municipios más despoblados de Valladolid «lo que necesiten». Por ello, cada jueves realiza su ruta por Herrín, Tamariz de Campos, Villabaruz y otros pueblos y la termina con «la sensación de haber ayudado». En su opinión, «no saldría rentable» abrir una tienda por la escasa población. «Hay muy poca gente viviendo y un ultramarinos no sería un negocio con beneficio para quien lo regente porque los vecinos no harían la compra gorda aquí a no ser que no les quedase otra», asume. Por ello, Belén ve «con futuro» su profesión y asegura que si ella no viniese a estos pequeños pueblos «mucha gente no tendría cómo conseguir los alimentos para su día a día».

Las claves

  • 122 empadronados tenía en 2020, según los datos del INE.

  • Dónde está Se encuentra a 8 kilómetros de Villalón de Campos y a 30 de Medina de Rioseco.

  • Datos El pueblo está rodeado de palomares de adobe, típicos de la zona.

Es el caso de Carmen Merino, vecina de Herrín que carece de carnet de conducir y realiza su compra semanal cada jueves en la furgoneta de Belén. A esta septuagenaria le es «imposible imaginar» qué ocurrirá cuando el ultramarinos móvil deje de acudir a su pueblo, porque no podrán adquirir comida o productos de limpieza si continúan viviendo en Herrín. «Yo quiero morirme en mi pueblo, en mi casa, y el día que no tenga la posibilidad de comprar no sé qué pasará, porque este es un municipio incomunicado para las personas mayores que no tenemos coche; no se me ha pasado por la cabeza», lamenta. La visita semanal de Belén alegra sus mañanas y las de Jesusa Quijada, vecina en cuya puerta para el furgón y de la que sale con bata. Con la lista de la compra escrita a lápiz en una hoja, esta mujer solicita a la tendera lo que necesita para pasar la semana antes de que le traigan más cosas sus hijos de fuera. «Dame, por favor, una caja de leche y aceite del bueno. Fideos de los finos y polvos de los de lavar la ropa, ya sabes los que gasto», pide. Y así es. Belén sabe el producto que consume cada vecina y, en caso de no contar con él en su furgoneta, recoge el encargo y se lo lleva la siguiente semana. «A veces me piden marcas que no tengo normalmente pero en Medina compro lo que me piden y se lo llevo la próxima vez que paso por el pueblo, que no me cuesta nada», comenta.

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Pago con tarjeta

En Herrín de Campos no hay tienda y, mucho menos, un cajero automático donde poder sacar dinero en efectivo. El más cercano está en Villalón, a ocho kilómetros, y los vecinos no siempre pueden acudir a las entidades. Es por ello que Belén se ha adaptado al pueblo hasta tal punto que adquirió un datáfono para poder cobrar con tarjeta. «Creo que es importante porque mucha gente no tiene efectivo cuando vengo porque no ha podido ir a sacarlo y así les doy la posibilidad de pagar con la tarjeta. Es moderno pero se han adaptado perfectamente», asegura esta vendedora. Para Julia del Rey es una «gran idea» y agradece contar con esta facilidad añadida a hacer la compra en la puerta de casa.

Pero los problemas de cobertura también afecta al aparato y en muchos municipios no funciona. «En los pueblos en los que el móvil no va y no se puede llamar, el datáfono tampoco y no puedo cobrar a los vecinos con tarjeta», cuenta. La solución que encuentra Belén cuando esto ocurre es solicitar la clave del wifi del Ayuntamiento o la del propio vecino que quiera pagar con su tarjeta.

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El futuro de este servicio preocupa a las vecinas que, según comentan, llegará un momento en el que no tengan cómo comprar si Belén deja de realizar la ruta con su furgoneta. Pese a ello, confían en que «dure muchos años» y, llegado el momento de la jubilación de esta tendera, que «una nueva furgoneta pase por su pueblo para no seguir perdiendo cosas».

Al terminar su recorrido por Herrín de Campos casi llegado el mediodía, esta vendedora comprueba que el interior del minimercado está perfectamente colocado para visitar el siguiente pueblo. El próximo jueves las vecinas de este municipio volverán a oír la música manando del altavoz de la furgoneta. Será Belén y podrán hacer su compra semanal de nuevo.

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