Medina de Rioseco: la noble y leal Ciudad de los Almirantes
A las órdenes del Rey. La historia de Medina de Rioseco cambió para siempre cuando los Enríquez, almirantes de Castilla, se asentaron en la localidad, a la que convirtieron en la 'India Chica'
Escribe Raúl Guerra Garrido en su memorable 'Castilla en Canal' que «si al azar pones el dedo en cualquier punto del mapa de España y luego lo visitas, estate seguro de que encontrarás un cúmulo de historia, arte y vivencia como para, de estar interesado, ocupar el resto de tu vida en su investigación. Si el lugar es Medina de Rioseco, necesitarás varias reencarnaciones». Y así es.
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«Venga, querido lector, y disfrute Medina de Rioseco»
Fue desde la Edad Antigua un cruce de caminos, poblada por vacceos, celtas y romanos. Conocida como Forum Egurrorum (plaza de los Mercados), el rey Juan I la concedió el título de muy noble y muy leal por los servicios prestados en la guerra con el duque de Lancaster. Sin embargo, el origen de su fortuna hay que buscarlo en el hecho de haberse asentado en la villa los Enríquez, almirantes de Castilla, a raíz de haber recibido su señorío de manos de Juan II en 1521 (duques de Medina de Rioseco en 1538 con Carlos I).

Los once miembros que ejercieron el señorío de la villa marcaron la ascensión y el auge de la misma. A su vinculación y a la celebración de sus dos famosas ferias anuales se debe en buena parte el importante patrimonio artístico atesorado por la localidad, con título de ciudad desde 1632 por privilegio de Felipe IV.
Fechas clave
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Edad Antigua: fue conocida como Forum Egurrorum (plaza de los mercados) y como un cruce de caminos para vacceos, celtas y romanos.
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Siglo de Oro: Medina de Rioseco recibe el título de ciudad del rey Felipe IV, que quiere unir esta con el mar, con la construcción de un canal.
Tal fue su esplendor que le valió el apelativo de India Chica. Buena parte del patrimonio artístico atesorado por la ciudad se debe a los Enríquez, que promocionaron la construcción de iglesias parroquiales, nuevas fundaciones conventuales, ermitas, puertas monumentales y un largo etcétera de edificios.
Durante la Guerra de las Comunidades, Medina de Rioseco jugó un papel fundamental. La seguridad de sus muros y el poderío del almirante don Fadrique II Enríquez hicieron que fuese el lugar elegido por el cardenal Adriano, regidor del reino en ausencia del emperador Carlos V, para refugiarse en la villa en 1520, huyendo de la hostilidad de la Junta Comunera. Tras la victoria de Villalar, Carlos I premiará a la villa con suculentos beneficios fiscales como agradecimiento por su lealtad.
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