Tras varios años dedicándose al mundo de las bodas como wedding planner, en 2019 la vida de Mayte Ganado dio un giro de 180 grados. Aunque, este cambio, dio comienzo un tiempo antes, en concreto, hace nueve años. Su afición por las manualidades le llevó ... a aprender sombrerería artesanal de alta costura de manera totalmente autodidacta. Tras ver que disfrutaba de este nuevo hobbie, la vecina de Medina del Campo comenzó a formarse en este ámbito y fue «el empujón justo que necesitaba para encontrar un trabajo que me apasionara», asegura.
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Pocas personas pueden decir a viva voz que disfrutan de lo que hacen y, desde entonces, no se imagina una vida «sin pensar en sombreros», comenta. Por ello, hace cinco años abrió las puertas de su pequeño taller llamado 'Lady Colibrí', donde no solo se dedica a hacer estos complementos, sino también tocados para novias e invitadas, joyería para el cabello, diademas florales y alpargatas para niñas de comunión y, su última incorporación, ramos de novias. «Este año me han hecho florista por obligación», detalla. Y es que son muchas las mujeres que están a punto de casarse que acuden a ella para llevar una de sus creaciones en un momento tan especial.
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La apertura de la marca fue un «punto de inflexión» en su vida laboral. «Ya había generado una familia, dentro de redes sociales, la gente me relacionaba, me conocía y entonces fue cuando decidí ponerle un nombre a la aventura», menciona Ganado. Sin embargo, los primeros años de 'Lady Colibrí' no fueron nada fáciles. «Fue complicado y difícil porque es un oficio que, entre comillas, era muy poco conocido. Realmente en la zona de Valladolid apenas tengo competencia», explica. «No es algo cotidiano que se esté viendo todos los días del año, es algo selecto y puntal», añade. Por ello, llegar hasta donde está hoy en día le ha costado unos cuantos años de sacrificio.
«Muchos días miro atrás y me siento súper agradecida de todo lo que he conseguido, porque que la gente te conozca en este sector, es curioso», expresa. Aunque muchos meses pensó en «tirar la toalla» al no recibir una remuneración por el trabajo que estaba realizando, su esperanza por hacerse «un hueco» en este mundillo persistió. «Han habido muchísimos meses que he tenido que pagar para poder trabajar; daba muchísimas pérdidas, porque había que invertir en hormas, en material, en mano de obra y en tiempo y luego, realmente, no estaba gratificado porque no había tantos clientes que quisieran llevar una pieza así», manifiesta Mayte.
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Pero en 2019, decidió «darle una vuelta» a la situación y abarcar más técnicas que le ayudarán a vivir de ello. Gracias a esta decisión, hoy en día su taller es un «negocio estable» que le «da de comer». Son muchas las personas que confían en su arte. «Creo que 'Lady Colibrí' se diferencia un poco del resto porque primo en generar familia, un trato cercano y cálido, conocer a la persona con la que estoy hablando, conocer sus gustos, sus características faciales y, sobre todo, su personalidad», indica Ganado. Con todo ello, la medinense hace diseños únicos y exclusivos para cada una de sus clientas.
Todo trabajo artesanal necesita su tiempo y su dedicación. Ganado desarrolla tres técnica. «Una es la sombrerería artesanal, la otra son los tocados de base o horma preformada y luego está la joyería adaptada», explica. Mientras en algunos puede tardar tan solo un par de horas, en otros puede llegar incluso a las quince o veinte horas de elaboración. Si bien, todo este tiempo se divide en varias jornadas, pues los complementos requieren de varios procesos. «Una pieza de joyería desde que yo empiezo a diseñar, hasta que llega a la novia pueden pasar tres meses», puntúa Ganado. Además de trazar el boceto, debe preparar las piezas, tallarlas, pulirlas, soldarlas, montarlas, bañarlas e incorporarle cristales, en caso de que lleven.
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Cada una de sus piezas es diferente y, además de adaptarse al estilo de la clienta, también tiene un toque personal de Mayte. «Como 'Lady Colibrí' siempre he intentado crear un estilo propio. Dentro de mis características me adapto a volúmenes y colores con el look que lleven», explica. Su gusto «sobrio y elegante» encaja a la perfección con las personalidades de sus compradoras. Una finura que ha obtenido después de observar la manera de vestir de los 'royals'. «Me fijo mucho en la realeza de todo el mundo, porque al final son los que marcan la moda dentro del buen vestir», comenta. Aunque también, parte de su inspiración llega a través de las influencers que definen la tendencia del momento.
Son muchas las piezas que han salido de su pequeño taller, pero Ganado se queda con unas especialmente; los cascos de fieltro para bodas de invierno. «He diseñado unas hormas únicamente para la marca, son el sello de identidad de 'Lady Colibrí'. Las tengo un cariño especial porque son exclusivas», cerciora.
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A corto plazo, esta pequeña empresa tiene un nuevo proyecto que pondrá en marcha antes de finalizar el 2024. «Este año voy a hacer una línea de joyería y bisutería para complementar los tocados», menciona. También, le gustaría especializarse en novias en todo lo que ello conlleva. «Ahora mismo no he tenido tiempo de pensar en un futuro, únicamente pienso en el presente porque nunca se sabe», expresa.
Con los pies firmes en el suelo, y con las ideas bien claras, Mayte Ganado continuará forjando su marca y «dando pequeños pasitos». Lo que también seguirá haciendo, y espera que durante muchos años, es disfrutar de su empleo. «No considero que trabaje, para mí hacer tocados es una vía de escape, un sistema de relajación y una manera de plasmar las emociones», refleja.
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