Carlos Carrera, en la plaza mayor de Foncastín, espacio en el que se celebran los conciertos del festival de jazz de esta pequeña localidad. P. G.

Una mayoría de edad que tendrá que esperar

UN JULIO DIFERENTE ·

La localidad vallisoletana de Foncastín, pionera en festivales de Jazz, no celebrará este año su décimoctava edición debido a la prevención ante la covid-19

Patricia González

Viernes, 17 de julio 2020, 08:39

Este verano debería haber soplado las velas de su mayoría de edad pero el miedo a que la covid-19 se cuele en una localidad, Foncastín, que durante los momentos más duros de la crisis sanitaria ha mantenido a raya al virus ha sido el ... detonante para que la organización del 'Foncasjazz' decidiera posponer la celebración un año. «Ha sido una decisión dura ya que teníamos muchas ganas de celebrar este año nuestra mayoría de edad, pero dada la situación tuvimos claro desde el mes de abril que no se podría celebrar y que teníamos que ser sensatos y consecuentes con la situación», aseguró el director y promotor del festival, Carlos Carrera, que tendrá por delante doce intensos meses para redactar el nuevo manifiesto-pregón, líneas con las que cada edición se levanta el telón de este evento cultural que aglutinaba alrededor de 1.400 personas durante los dos días de música gratuita al aire libre.

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El 'Foncasjazz' fue, junto al 'Universijazz' de Valladolid, uno de los festivales pioneros de este tipo de música en la provincia. Durante sus 17 años de vida son muchos los combos y grupos de folk llegados desde Portugal y desde distintas zonas de la comunidad los encargados de poner la banda sonora a las noches de verano de este pequeño pueblo construido en la década de los 40 al amparo del Instituto Nacional de Colonización. «Al principio no teníamos mucha fe en el festival y en que los vecinos (población envejecida) acudieran a la plaza del pueblo para escuchar los conciertos», recuerda Carrera, pero en el momento en el que los primeros acordes empezaron a sonar los asistentes disfrutaron tanto que han hecho suyo el festival.

Tal es así que son los propios vecinos de Foncastín los que hospedan a los músicos en sus casas, algo que «este año era impensable poder hacerlo ya que con la covid era un riesgo que no estábamos dispuestos a correr».

Un viaje a la ciudad portuguesa de Nazaré hizo germinar la semilla del festival, como explica Carrera. Esta fascinación por «la buena música y por la esfera que se creaba entre los asistentes y los músicos» fue el mejor recuerdo que el director del 'Foncasjazz' se trajo de sus vacaciones al oeste del Duero.

Festival milagro

Pasados doce meses desde ese viaje, y con los lazos de amistad que surgieron con los vecinos lusos, surgió la primera edición del festival. «Este siempre ha sido un festival milagro. Nunca hemos tenido mucho dinero para hacer grandes cosas; tal es así que el presupuesto de la pasada edición rondó los 1.000 euros, cantidad con la que hay que pagar todo», detalla Carrera que, después de más de una década al frente de este pequeño proyecto, tiene claro que «no importa no tener mucho presupuesto ya que todo el pueblo se vuelca durante el fin de semana. La gente siente el jazz como algo suyo y en esto reside el éxito».

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Durante estos 17 años son muchos los grupos y combos portugueses y vallisoletanos que han pasado por Foncastín.

«Nosotros siempre tenemos músicos de Portugal y después hacemos una jornada más de la tierra con bandas y grupos de la zona», concreta Carrera, que destaca la presencia, como público asistente cada año, de profesores y estudiantes de conservatorios y escuelas de música municipales de toda la provincia de Valladolid que elogian el nivel de los conciertos y la calidad musical. Esta es la idiosincrasia del 'Foncasjazz', algo que hace que «cada año tengamos más público, pero no de una manera desproporcionada ya que tampoco tenemos logística para albergar a mucha gente y no es nuestro espíritu. El espíritu es mantener la calidad y el ambiente acogedor que se crea en la Plaza Mayor».

Las versiones de los grandes del jazz tendrán que esperar doce meses para volver a sonar en Foncastín, aunque algunos amantes del festival ya han propuesto este año un evento digital que ayude a ahuyentar la morriña a los fieles y a los vecinos de la localidad.

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