Un lugar tranquilo que conserva sus raíces

Barruelo del Valle ofrece a sus vecinos y forasteros un lugar tranquilo y familiar que sabe conservar las raíces con la vista clavada en el futuro y en el desarrollo. Nuestro pueblo atesora una gran historia y un bello patrimonio, como la Iglesia de San Pelayo o la ermita de la Virgen de Villahudor. Nos situamos enmarcados en la comarca de los Montes Torozos, a poco más de treinta kilómetros de Valladolid, lo cual facilita la conexión con la ciudad, sin olvidarse de la paz y de la naturaleza del mundo rural.

Para mí, mi pueblo es mi sitio. Dicen que quien tiene un pueblo, siempre tiene un lugar al que ir, y para mí ese lugar es Barruelo del Valle. Me he criado toda la vida aquí y no me pierdo ningún momento que se viva en sus calles. Desde que entré en la Alcaldía de Barruelo del Valle, hace ya dieciséis años, mi mayor objetivo era reflotar el municipio e intentar que no se hunda ni que desaparezca. Es complicado mantener los cincuenta habitantes con una población cuya media de edad ronda los sesenta años. Pero no aspiro a grandes cosas, solo quiero que mi pueblo no se acabe.

La mayor satisfacción que tengo a día de hoy es ver como cada proyecto que vamos llevando a cabo da sus frutos. No son grandes cosas, pero son las demandas de los vecinos. Me podía definir como un concejo abierto al que proponen ideas a realizar. El estar mano a mano día a día con la ciudadanía, y ver cómo vamos cumpliendo sus peticiones, me da alas para continuar con mi labor.