
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El Belén viviente es una de las tradiciones más queridas de los vecinos de Robladillo, quienes este año lo celebraron con una emoción y un ... significado muy especiales. Tras un año de ausencia debido al fallecimiento repentino de Jaime Gallego, un hijo del pueblo que cada año se implicaba al máximo en la organización del evento, los lugareños decidieron retomarlo en su honor. El día de Navidad, el Belén viviente fue más que una representación. Fue un homenaje cargado de simbolismo y emoción.
Jaime, quien falleció con tan solo 55 años, siempre estaba cuidando de que cada detalle estuviera perfecto. Él era el responsable del puesto de verduras, que este año lucía más vistoso que nunca en su honor. Su pérdida conmocionó al pueblo y llevó a la decisión de no celebrar el evento, como una forma de duelo colectivo. Sin embargo, este año los vecinos sintieron que era el momento de rendirle tributo retomando la tradición que él tanto quería. «Decidimos hacerlo porque mucha gente nos lo pedía, y también porque queríamos dedicarle este Belén a Jaime. Era algo muy suyo, y nos ha llenado el corazón poder llevarlo a cabo pensando en él», comentó José Luis Rodríguez, alcalde del municipio y figurante en el belén viviente. «Jaime estaba muy implicado, era una persona muy generosa y comprometida y, sobre todo, muy buena gente», recalca Raúl Alonso, concejal de Cultura.
La representación de Robladillo destaca por su fidelidad al relato bíblico, mezclada con un toque de tradición castellana. Las escenas recrean la historia del nacimiento de Jesucristo, desde la Anunciación a la Virgen María hasta la llegada de los pastores al portal. En el recorrido, también se muestran antiguos oficios castellanos, que, aunque no forman parte del contexto bíblico, añaden un toque de identidad local. «Este año participamos entre 35 y 40 actores aficionados, todos vecinos del pueblo o vinculados a él. No somos profesionales, pero ponemos toda nuestra pasión en lo que hacemos», aseguró Alonso, quien es actor de doblaje e hizo las veces de narrador.
Un numeroso público se acercó a las 13:00 horas hasta el camino de Wamba, donde el ángel anunció a la Virgen María que será la madre de Dios. Desde allí, los protagonistas iniciaron su camino hacia el portal de Belén, situado bajo el pórtico de la iglesia, seguidos por el público que participó activamente en la representación, interactuando con los distintos puestos y acompañando a María y José en su travesía. «Llevo 10 años representando a la virgen en el belén. Es algo que me encanta y me llena de orgullo», explicaba Isabel Ruiz. El San José era nuevo en estas lides. Representado por Juan Rodríguez, que estuvo muy metido en el papel. «Llevo semanas estudiándome el texto que tengo que decir. Cuando me lo ofrecieron no lo dudé un instante. Mi único objetivo es dar a conocer mi pueblo», indicaba el actor aficionado quien se encargó de guiar a la burra Macarena
La organización del Belén llevó más de un mes de preparativos. Los vecinos construyeron casetas, ensayaron guiones y coordinaron cada detalle. «Es un trabajo duro, pero lo hacemos con mucha ilusión porque sabemos que es algo que une al pueblo y nos llena de satisfacción», explicó el alcalde. En los puestos se podía degustar embutidos, dulces, licores y lentejas. En ellos se colocaron también unas urnas para donativos, con el objetivo de cubrir los gastos de organización y mantener viva la tradición en los próximos años. «Queremos que esto siga adelante, y para eso necesitamos el apoyo de todos. Somos un pueblo muy pequeño y aunque el ayuntamiento ayuda, son los propios vecinos los que sufragan los gastos», indicó la corporación
Los posaderos, taberneros, panaderos, carniceros… se metieron muy bien en el papel. También la castañera, que estuvo muy bien representada por la decana del pueblo, Goya Bueno, de 93 años. «Yo siempre he hecho de pastorcilla. Este año me ha tocado de castañera y estoy encantada. Yo hago lo que me manden», comentaba esta veterana. Su momento favorito fue la adoración al niño Jesús, ya que éste estuvo representado por su biznieta Leire, de apenas un mes y medio de vida. «¡Es preciosa y ahí está, haciendo de niño Jesús en mi pueblo!», exclamaba con orgullo Goya.
Otro que estaba inmensamente contento era Eugenio Rodríguez, el conocido 'Pastor de Robladillo'. Este octogenario hombre de campo estaba feliz de volverse a colgar el zurrón que tanto ha paseado con sus ovejas. Esta vez para llevarlo hasta el portal de Belén, junto con el resto de pastorcillos. «Todos los años participo. A mi no me pueden dar otro papel que no sea el de pastor. Lo hago a la perfección», bromeaba.
Con dos representaciones, el 25 de diciembre por la mañana y el 28 por la tarde-noche, el Belén viviente de Robladillo promete seguir emocionando a visitantes y vecinos, recordando que las tradiciones cobran vida cuando se realizan con ilusión y compromiso.
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