Villalar: «El impulso que necesita la fiesta de Castilla y León»

Villalar de los Comuneros necesita recibir un impulso de parte de las instituciones que termine de honrar su historia y permita que el municipio atraiga un mayor turismo. No hay que olvidar que la revolución comunera es un símbolo no solo para Castilla y León, sino para todos los países que cuentan con una constitución democrática, en tanto en cuanto fue la primera revolución en la que se reclamaron los pilares de nuestra sociedad actual: que la monarquía fuera parlamentaria y que el rey estuviera por debajo del pueblo.

Esto, que ha trascendido más allá de nuestras fronteras, impregnando con sus valores las constituciones democráticas de nuestro entorno, debería ser dignificado de una mejor forma desde la Junta. Así lo entiendo yo y así lo entendió el gobierno de Demetrio Madrid, que destinó parte del pequeño presupuesto que disponía a este lugar tan emblemático, igual que sucede con otros lugares de la historia de nuestro país. Este año, en cambio, percibimos que existe un desentendimiento por parte de los organismos correspondientes y que no se está valorando la fiesta de todos los castellanos y leoneses como debe ser entendida, con esa trascendencia histórica que tiene no sólo para nuestra tierra.

Desde el Ayuntamiento de Villalar de los Comuneros, hacemos por mejorar las condiciones en las que se encuentran las instalaciones de la campa y sus accesos, aunque el Consistorio nunca ha tenido la responsabilidad de convocar y organizar la fiesta. Por ello, el año pasado hicimos una mejora en la pavimentación de la entrada, acorde al espacio y para que el acceso se pueda producir en unas mejores condiciones, sin la gravilla y los charcos que se formaban cada vez que llueve en una fecha tan señalada como es nuestro 23 de abril. Sin embargo, estas acciones no son suficientes; a nosotros nos encantaría tener los caminos perfectamente conservados para los visitantes, igual que querríamos que las instalaciones de la campa estuvieran en unas mejores condiciones, si bien tenemos claro que, aunque asumimos la fiesta como propia, pues también es nuestra, esta está reconocida en el Estatuto de nuestra región y, como tal, debe ser atendida, sin comprometer, como podría hacerlo, nuestra actividad si destinamos más recursos del municipio que deben ser empleados en otros servicios públicos.

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