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«Está aquí, está aquí. No sé cómo está, pero está ahí». Estas eras las afirmaciones de un buzo de la Guardia Civil en su segunda inmersión, sobre las 17:25 horas de este domingo, en el punto donde se sospechaba que se encontraba el ... ultraligero pilotado por Guillermo Álvarez y Beatriz Cantos y que partió en la tarde del sábado desde el aeródromo de Matilla de los Caños.
La expectación en el río Duero, en el camino agrícola que une Villamarciel con San Miguel del Pino, era plausible al estar varios vecinos convencidos de que la aeronave se encontraba en el agua desde el sábado por la tarde. Muchos de los allí presentes, a los que la Guardia Civil invitó a que no contaran nada, vieron «volar muy bajo» el aparato en el que viajaban Guillermo y Beatriz. Los vecinos fueron los primeros que dieron la voz de alarma. Al igual que el padre de Beatriz, exgerente del aeródromo (recientemente jubilado) y que se encontraba en las instalaciones a la espera de la vuelta de su hija.
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Los mismos residentes que vieron «un comportamiento irregular» del ultraligero en la tarde del sábado se metieron en sus coches para iniciar unas batidas infructuosas. «En el mismo punto en el que nos encontramos ahora, estuvimos peinado hasta las 2:00 horas sin hallar nada. No lo encontramos, así que desde esa misma noche del sábado, ya nos imaginábamos que se había caído al agua. Además, no veíamos mucho por la niebla», recalca un vecino de Villamarciel poco después de que la Guardia Civil hallara la avioneta en el fondo del Duero.
Un ultraligero que en la caída, según las primeras hipótesis, se enredó con un cable de acero que une las dos orillas del río y que antiguamente se utilizaba para pasar de un lado al otro. «Esta mañana -por ayer- nos percatamos de que esa especie de tirolina no estaba. Además, se aprecia claramente que el cable, tras ser arrancado, ha golpeado el árbol y ahora está en el agua», añaden los vecinos de Villamarciel.
Y así fue. Ese indicio del que se percató inicialmente un hombre, sirvió para que la Guardia Civil despejara unas búsquedas que habían llevado a centenares de efectivos de todos los cuerpos, así como a voluntarios, a recorrer todos los recovecos en un radio de diez kilómetros alrededor del aeródromo.
Durante toda la mañana del domingo, se revisaron todas las zonas frondosas de los alrededores, con un perímetro que englobaba desde Tordesillas hasta Geria y que incluía las márgenes del Duero. Las batidas por todos los rincones daban paso a más medios aéreos, incluido un avión militar con cámaras especializadas para estos tipos de casos. Nada daba resultado para intentar hallar al ultraligero.
Un demora que angustiaba más a los familiares de los dos ocupantes en el puesto avanzado de mando, ubicado en el propio aeródromo de Matilla. Personal cualificado como psicólogos y compañeros de aviación arropaban a los allegados de Guillermo y Beatriz. Eran momentos de tensión, pues una hermana del piloto insistía a la Guardia Civil en que mandaran más medios al Duero al estar casi seguros de que allí se encontraría la avioneta.
Y estaba en lo correcto, pues antes de que se localizara el aparato, los mismos vecinos que por la tarde del sábado vieron el vuelo irregular de la avioneta se apresuraron en la mañana de ayer a inspeccionar la misma zona. Y allí echaron en falta el cable. «Nos hemos dado cuenta sobre las 9:00 horas. Hemos esperado a ver si aparecían los buzos por esta zona del Duero al saber que ya estaban ojeando otros puntos del río. Pero no llegaban. Éramos conscientes de que en otra parte el aparato no podía estar al ser este un terreno muy limpio. Así que nos hemos ido hasta el puesto de mando para avisar de lo que sospechábamos», afirman algunos vecinos de Villamarciel entre la decena de ellos que no se han movido de ese punto concreto.
Tras aparecer en el puesto de mando de Matilla, los lugareños volvieron al punto donde una hora después se produciría el hallazgo. En esta ocasión, lo hicieron acompañados por el coronel jefe de la Guardia Civil de Valladolid, Juan Miguel Recio. «Nos ha felicitado porque era consciente de que era un buen indicio», añadieron.
A partir de ese momento, aunque se organizó otra batida en Puente Duero, los esfuerzos ya se centraban en el tramo del Duero entre San Miguel del Pino y Villamarciel. Una primera toma de contacto con un buzo no fue suficiente. Y dio paso a la búsqueda de otro especialista en buceo de la Guardia Civil para dar con el ultraligero. Y así fue. Sobre las 17:25 salió del agua y confirmó el fatal desenlace de la avioneta. Un hallazgo que facilitó el propio cable de acero con el que supuestamente se enredó el aparato. El mismo, al estar enganchado, les llevó hasta la zona del siniestro.
Precisamente, una nueva intentona de los buzos sirvió para confirmar que el aparato se encontraba con las ruedas hacia arriba. «He tocado una de ellas», apuntaba uno de los buzos, que, además sacaba un trozo de madera del interior de la avioneta. Unas inmersiones en el agua que se producían contrarreloj al empezar a caer la noche, pero que no sirvieron para confirmar si los dos ocupantes se encontraban en el interior.
La búsqueda continuará hoy desde primera hora de la mañana y seguirá con las mismas complicaciones de ayer al acumular un gran caudal el Duero en los últimos días, con las aguas muy turbias. Se estima que en el punto del ultraligero la profundidad alcance tres metros.
A pesar de que vecinos y Guardia Civil activaron desde las 18:00 horas del sábado el operativo, el padre de Beatriz lamentó que la orden judicial para geolocalizar los móviles y dar rápidamente con el paradero no llegara antes por parte del juzgado de guardia. «Pensamos que pueden estar malheridos y tienen que estar en la zona. Por Simancas, Geria, Velliza o Velilla. Geolocalizarles a través de sus móviles sería lo más rápido. Sin embargo, el juez de Instrucción de guardia, del Juzgado número 4, nos ha informado de que no lo autorizará hasta el domingo a las 9:00 horas. Lo justifica alegando que es un asunto de protección de datos. Nos parece algo inaudito. El tiempo es vital en estos casos», se lamentaba el padre de Beatriz el sábado por la noche.
En el operativo participaron, según detalló la Delegación del Gobierno, agentes de la Guardia Civil de Valladolid, incluido el Grupo de Especial de Actividades Subacuáticas; el Grupo de Rescate de Protección Civil con un helicóptero; y agrupaciones de Protección Civil de Tordesillas, Arroyo, Valladolid y Laguna de Duero; agentes de Medio Ambiente; el Servicio de Búsqueda y Rescate Aéreo del Ejército del Aire (SAR) con un avión D4 y el Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias.
Los Equipos de Respuesta Básica en Emergencias (ERBE) de Cruz Roja de Tordesillas también se hallaban en la zona con siete voluntarios y dos vehículos, así como el Valladolid con cinco voluntarios y dos vehículos.
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