
Fue una jornada «divertida», que congregó a decenas de aficionados taurinos de toda la provincia y, lo más importante, que transcurrió sin sobresaltos ni incidentes reseñables. Los toros regresaron este viernes a Laguna de Duero con motivo de las fiestas en honor a San Pedro Regalado, y lo hicieron por todo lo alto: con doble sesión.
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Por la mañana tuvo lugar el desencajonamiento de dos toros de la Ganadería de Barcial –adquiridos y cedidos por la Asociación Taurina Virgen del Villar– por las calles de la localidad vallisoletana. El evento, según confirmó el alcalde, Román Rodríguez, se desarrolló sin contratiempos y los astados dieron «mucho juego». «Ha sido divertido, ha ido todo muy bien y ha venido mucha gente de fuera, así que más contentos no podemos estar», afirmó el regidor.
Una vez finalizado, llegó el momento para los más pequeños. Un encierro infantil con carretones desde la plaza de toros –donde concluyó la suelta de los astados encajonados– y hasta la calle Ramón J. Sender reunió a pequeños y mayores (estos últimos, sobre todo, acompañando a los primeros).
Ya por la tarde, al filo de las 18:00 horas, numerosos aficionados a la tauromaquia siguieron en la plaza de toros la capea de novillos, en la que además de los dos toros del cajón de la mañana, se soltaron otros dos astados, tal y como informó Rodríguez. Este sábado también habrá un encierro urbano (11:30 horas) y, a las 18:00 horas, un concurso de cortes.
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