La Junta responsabiliza al constructor del retraso en las obras del colegio de Laguna

La consejera de Educación, Rocío Lucas, aseguró este martes en Ávila en declaraciones a Efe que el retraso en las obras de eficiencia energética del CEIP Miguel Hernández de Laguna de Duero se deben a «un problema del propio constructor». Un problema que se encontraban los profesores, padres y alumnos del centro el lunes. Al llegar a las aulas y ante el estado del edificio, que no contaba con ventanas, decidían suspender las clases y esperar una reubicación de las aulas hasta el fin de las obras. De momento, los alumnos matriculados han sido trasladados al centro cívico El Cascajo donde hasta presumiblemente hoy miércoles recibirán las clases mientras habilitan aulas para seguir el desarrollo normal del curso.

El retraso en las obras de mejora de la eficiencia energética del centro, con el cambio de ventanas y un nuevo revestimiento, entre otras actuaciones, es responsabilidad del constructor, como confirmaba Lucas en el inicio del curso de la Universidad Católica de Ávila. La llegada de los primeros fríos del otoño ha coincidido con la sustitución de las ventanas del centro, que el lunes todavía no se había producido y que hizo imposible que se impartieran las clases en las aulas. Ante la situación, la dirección del centro resolvió suspender las clases y llamar a los padres y madres para que acudieran a recoger a sus hijos.

Como medida de urgencia, y tras el estado en el que se encontraba el centro escolar, el Gobierno local resolvió trasladar a los niños y niñas en autobús hasta el centro cívico El Cascajo para no interrumpir el curso. Los padres, indignados, decidieron entonces dirigirse al Ayuntamiento en cuanto dejaron a los niños en el autobús, para trasladar su malestar a los responsables municipales.

Y así hicieron. Cuando llegaron a la Casa Consistorial, el alcalde, Román Rodríguez; el concejal de Urbanismo, Avelino Álvarez, y el arquitecto municipal, recibieron a los padres y madres y les trasladaron que están haciendo todo lo que está en su mano para que se cumplan los plazos y resolver cuanto antes este grave problema.

Sin embargo, no son pocos los padres y madres a los que les cuesta creer que el jueves los niños y niñas vuelvan a las aulas del centro educativo, «porque aunque instalen las ventanas nuevas, estas están sin rematar y entra frío por todas partes y estamos pasando días de muy mal tiempo. Además, la calefacción no funciona porque también se está cambiando el sistema de calor».

Tras terminar la reunión con los responsables municipales, el siguiente objetivo era la empresa. Tras un primer intento infructuoso por encontrarse también en el Ayuntamiento, finalmente fue en el colegio donde mantuvo el encuentro.

Las reivindicaciones de los padres iban encaminadas a exigir que se doblaran turnos para acelerar la solución al problema, ya que el lunes solo vieron a dos trabajadores y el martes, aunque había más, no era suficiente, ya que «a las tres de la tarde, ya no hemos visto a nadie trabajar», aseguran los padres.

Esta situación es muy distinta a la que sufre el otro colegio público de Laguna de Duero al que también se está sometiendo a la misma reforma encaminada a mejorar la eficiencia energética en las aulas. En este caso, aunque es cierto que algunos alumnos fueron trasladados a las salas de La Casa de las Artes, «todo respondió a la planificación y organización diseñada antes de comenzar las obras, previa autorización de la Dirección Provincial de Educación, para que el cambio de las ventanas fuese posible», declara la directora del centro, Vanesa Sáenz, quien añade que en su centro las obra transcurren según los plazos previstos y sin más contratiempos que los propios de desarrollar las obras durante el curso.