El chozo recuperado. Agapito Ojosnegros Lázaro

La Junta recupera un chozo de pastor en Corrales de Duero

Se trata de un ejemplo de la arquitectura vernácula en Castilla y León y todo un símbolo de esta localidad del valle del Cuco

Jueves, 21 de enero 2021, 12:11

Tras las obras acometidas por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, uno de los chozos de pastor ubicados en el término municipal, propiedad del Ayuntamiento, ha sido rehabilitado poniéndose en valor, de esta forma, su importancia patrimonial ... desde diferentes aspectos, como puede ser el histórico, el arquitectónico, el paisajístico, y, entre otros más, lo que supuso en su día para la economía y la forma de vida de la zona. Además del chozo también se han consolidado los muros de los corrales de ovejas contiguos, lo que conforma un todo, con una inversión de 22.800 euros.

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Estas construcciones son un ejemplo de arquitectura vernácula de Castilla y León, y, si hablamos en concreto de la recuperada, se ha intervenido en ella «con el fin de no perder un testigo de la historia como un elemento tradicional unido a las labores del campo», señalan desde Consejería de Cultura.

Representantes de la Junta y autoridades locales, durante el acto de presentación. Agapito Ojosnegros Lázaro

Los chozos de pastor forman parte del patrimonio etnológico de Castilla y León y por ello desde la citada Consejería se ha acometido la restauración de este elemento. Las obras han consistido en un desbroce del terreno circundante, la limpieza del material sedimentario que rodea las construcciones, un desescombro de las partes ruinosas y la reconstrucción de la cúpula y de los cercados de piedra.

En estas edificaciones buscaban acomodo los pastores trashumantes, haciendo lo propio con sus rebaños en los corrales anexos. Rediles de los que puede derivar el topónimo del municipio, de ahí el simbolismo que también envuelve esta intervención de recuperación patrimonial. Corrales de Duero, entre otras características, tiene una concreta como es la de estar al abrigo de un valle con abundantes manantiales y con otras condiciones que lo hicieron ideal, antaño, para que los pastores se acogieran a su abrigo y cuidar de sus rebaños resguardados de la intemperie.

El chozo es una de las manifestaciones más primitivas de las construcciones llevadas a cabo en el medio rural, especialmente característico en esta zona donde en el pasado los pastores se desplazaban –a través de cañadas reales y otras vías de enlace menores, llamadas cordeles o veredas- hasta estas tierras para cuidar los rebaños. Estos refugios de ramaje o piedra que se construían tanto a la intemperie en zonas montañosas como en los sotos, baldíos o dehesas de los campos, eran utilizados por pastores y agricultores para pernoctar junto al rebaño o protegerse de las inclemencias del tiempo durante las labores campesinas.

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Estas construcciones tradicionales junto a las fuentes, son una de las señas de identidad del valle del Cuco y especialmente de Corrales de Duero y constituyen uno de los principales atractivos culturales y naturales del territorio.

El viceconsejero de Cultura, Raúl Fernández Sobrino, se ha desplazado este jueves a la localidad vallisoletana para visitar la intervención ejecutada, visita que realizó junto al alcalde, Adolfo Monedero, y responsables de realizar el proyecto y ejecutarlo.

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«Una experiencia interesante»

Fernández Sobrino explica que «hemos podido acceder al interior del chozo y recomiendo que en cuanto lo permitan las circunstancias lo visiten, porque estar en su interior y ver cómo han vivido durante siglos los pastores es una experiencia realmente interesante. Son construcciones sencillas pero que nos cuentan muchas cosas y nos permiten revivir cómo era su modo de vida durante siglos».

Por su parte el regidor de Corrales señala que se trata de «una meta que me marqué», un proyecto «que plateé y presenté a la Junta, a la que quiero agradecer su intervención, porque mi intención era no dejarle hundir porque el chozo estaba muy derruido». Se trata de un elemento que «ha marcado la historia de nuestros antepasados», por lo que era una meta personal», deseando que una vez remozado «dure muchos años».

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El chozo de Corrales

Es de planta semicircular con cubierta cónica de piedra al que le falta, por los testimonios vivientes del municipio, la cubierta de troncos de encina. Con un agujero en la cúspide para desalojar el humo de la hoguera. Por su pequeño tamaño, se puede decir que es un chozo y no una cabaña, no recogía de manera temporal a una familia de ganaderos si no que era refugio de una sola persona, el pastor. Por su emplazamiento que no divisa tierras de cultivo se descarta su uso de refugio del guarda. Su emplazamiento pegado a la falda de una pequeña ladera al pie de un camino, quizá vereda de transito de trashumantes, permite afirmar que servía para resguardo del pastor como aprisco y junto a él, en los alrededores, existen vestigios de material constructivo colocado a modo de cercado que configuraba el redil para la custodia del ganado, seguramente nocturna en su parada de tránsito.

Es una pequeña construcción abovedada de planta aproximadamente circular y aunque por lo general son exentas, el chozo de Corrales presenta trabadas al cuerpo principal los restos de la construcción de muros de cierre de los corrales o rediles contiguos al refugio. El sistema que resuelve la construcción del edificio, es el de piedra seca, piedra sobre piedra sin utilizar ningún tipo de argamasa, mortero o barro que ayuda a su consolidación, en el que se aprovechaban las piezas que se encontraban en los alrededores.

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