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J. Sanz y M. J. Pascual
Valladolid
Martes, 25 de enero 2022
La jueza ha dado este martes un plazo excepcional, y muy poco habitual, de 72 horas más a la Guardia Civil para que intenten reunir pruebas que vinculen a Ramón G., que continuará detenido hasta el viernes, con la desaparición de Esther López de la ... Rosa, la mujer de 35 años a la que se perdió la pista en la madrugada del 13 de enero en Traspinedo. La titular del Juzgado de Instrucción número 5 acordó a primera hora de la tarde mantener la situación de detenido del único investigado (por ahora solo policialmente) durante otras 72 horas con el fin de permitir a los agentes proseguir con la inspección ocular de su chalé. Una labor titánica, que por ahora no ha dado sus frutos, a expensas de los resultados de los análisis de las pruebas e indicios, algunos de ellos remitidos a los laboratorios centrales de Madrid, recogidos hasta ahora en la vivienda en un operativo que no para de crecer y que a día de hoy concentra ya a 120 efectivos volcados en el registro del domicilio, situado a escasos doscientos metros del punto en el que se perdió su pista hace ya doce días.
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La inusual decisión de mantener a Ramón G. como detenido durante tres días más fue adoptada a petición de los propios agentes con el visto bueno de la Fiscalía con el fin de concluir, al menos, con las pesquisas en torno al sospechoso, quien se negó a declarar ante la jueza y que previamente, eso sí, defendió su «inocencia» en su primera conversación con su abogada, ante la que sí reconoció que conocía a Esther. La letrada mostró su oposición a la decisión judicial y anticipó que su cliente mostró su voluntad de mantener la huelga de hambre que inició a las pocas horas de ser detenido en la noche del pasado sábado, día 22, como forma de protestar por su situación al entender que «su detención es injusta y que está recibiendo un trato injusta».
La abogada defendió que «no hay elementos» para mantener arrestado a su cliente y mostró su malestar por la ausencia de información sobre la investigación sobre el detenido. La jueza, en este sentido, mantiene un estricto secreto de sumario sobre las investigación y ha concedido el citado plazo excepcional de 72 horas más a los agentes para que intenten concluir sus pesquisas sobre Ramón. Dicho plazo expirará a las nueve de la mañana del próximo viernes.
Los agentes de la Guardia Civil, entre tanto, continuarán registrando el chalé en el que reside en un operativo sin precedentes en Valladolid que reúne a más de un centenar de agentes, incluida una unidad de élite de búsqueda con drones, cuyos efectivos rastrearon las riberas del Duero en paralelo a la búsqueda en el propio cauce a cargo de los buzos, que ampliaron el radio de búsqueda a dos kilómetros aguas abajo de la pesquera en la que el día anterior hicieron lo propio en sentido opuesto. Este punto está situado a seiscientos metros del chalé del detenido, en el que se retomó el registro, en presencia de Ramón G., a las 16:00 horas, apenas cuatro después de que se parara para trasladarle a los Juzgados de la capital –a las 11:55 horas–.
Los próximos tres días, en este sentido, serán cruciales para conocer si esta línea de investigación, la que implicaría supuestamente al único detenido, es buena o se queda en vía muerta. Su futuro inmediato dependerá de lo que ocurra en estas 72 horas. La jueza tendrá que decidir a continuación si formaliza algún tipo de acusación contra él, y si le deja en libertad, con cargos o sin ellos, o le envía a prisión.
Ramón G. cuenta en su historial con antecedentes policiales por causas menores, incluida una detención por una pelea a finales de 2020, en la que pudo sacar a relucir un arma blanca, pero sin condenas firmes, según confirmaron fuentes jurídicas. El hombre, de 48 años, separado y padre de tres hijos, ha sido sometido a revisiones médicas en las últimas 72 horas, a raíz de su detención y de que declinara comer para iniciar una huelga de hambre en protesta por su arresto. Él, en cualquier caso, se ha desvinculado durante todos estos días de la desaparición de la mujer de 35 años. No obstante, no declaró ante la jueza acogiéndose a su derecho legal.
Las pesquisas realizadas hasta ahora por los investigadores apuntan a que la pista de Esther López se perdió a partir de las dos de la madrugada del 13 de enero, cuando su móvil dejó de emitir señal alguna en el entorno de la carretera de Soria, entre el restaurante La Maña y el camino que conduce a la Bodega Vizar. Allí precisamente, junto a esta última empresa, se encuentra el chalé de Ramón G. que está siendo sometido a una minuciosa inspección ocular, al igual que su coche (un BMW), en la que participan perros adiestrados y decenas de especialistas de la Guardia Civil.
Los agentes apuran ahora los últimos días para registrar el domicilio en busca de indicios sobre el paradero o la presencia de Esther en el chalé del detenido, situado a escasos doscientos metros del punto en el que se perdió la pista de Esther el 13 de enero.
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