La jueza archiva el caso de la cabeza del último Toro de la Vega

En el auto de sobreseimiento, la magistrada indica que, de las diligencias practicadas «no se puede acreditar el relato fáctico de la denuncia» presentada por el Ayuntamiento. El contrato menor de servicios que regulaba la celebración de 2015, establecía que si el Consistorio deseara la reserva de la carne y la cabeza del Toro de la Vega y su sobrero, el contratista adjudicatario no tendría derecho a la totalidad de las reses sino solamente a aquellas que el Ayuntamiento ponga a su disposición. «Por tanto, para que el Ayuntamiento adquiriese la propiedad del Toro de Vega era preciso, como recoge el contrato, el ejercicio del derecho de reserva por el Consistorio, y este no lo ejercitó», indica la magistrada. Esta apoya su decisión de archivar el asunto en que el secretario municipal especifica que en el año 2015 «el Ayuntamiento de Tordesillas no ejerció el derecho de reserva de la cabeza del Toro de la Vega y no existe constancia expresa de inicio de procedimiento alguno a este respecto».

Entonces, toda la carne del astado fue para el contratista adjudicatario de la carne de las reses lidiadas, incluida la cabeza de 'Rompesuelas'. En el mismo sentido, señala el dictamen judicial, declaró el taxidermista, quien testificó que había adquirido la cabeza al matadero y luego se la vendió al exconcejal Campos previo pago de 950 euros.

De cualquier forma, concluye la magistrada, la cabeza del Toro de la Vega «no tiene la consideración de bien de titularidad pública y la adquisición de la misma por Francisco Javier Campos Rodríguez fue conforme a derecho y nada tiene que ver con el pretendido ejercicio del derecho de reserva por su entonces condición de concejal del Consistorio que se le atribuye por el Ayuntamiento«.

La disputa por la propiedad de la cabeza de 'Rompesuelas', el último Toro de la Vega 2015, llegó a la Fiscalía de Valladolid cinco años después de morir el astado en una lidia sin vencedor. El Ayuntamiento de Tordesillas, ante la reiterada negativa del exconcejal de festejos del municipio de entregar el trofeo que le reclama la institución, llevó el asunto hasta el ministerio público al considerar que el exedil, como delegado del Ayuntamiento, no era un vecino cualquiera y se tendría que haber sometido la adquisición de la testa a un procedimiento administrativo ordinario con publicidad y no quedársela por las buenas.

Ante estas acusaciones, el exconcejal socialista Campos argumentó que la decisión de judicializar el asunto por parte del alcalde popular solo obedeció a «motivos políticos» y que cuando llegó al matadero, la cabeza de 'Rompesuelas' no la quiso nadie y el Ayuntamiento, a pesar de que tenía prioridad para quedársela, renunció a ese derecho.