Íscar mitiga el calor y la sed de fiesta con el descorche de un millar de botellas de cava

El 'zambombazo' llevó alegría y ganas de fiesta a la mayoría de los congregados en la plaza y sus aledaños. Peñistas y no peñistas, vecinos y forasteros manifestaron su júbilo gritando y coreando todo tipo de consignas. Hasta la clase política y las reinas de las fiestas se soltaron la melena, primero en lo alto del balcón y después a pie de calle, lanzando espumoso a todo aquel que se ponía delante.

Noticia relacionada

Las peñas grandes de Íscar proclaman a sus Damas y Madrinas

Cruz Catalina

El desfile de peñas arrancó desde el final de la calle Real acompañado por la comparsa navarra de Lekumberri y el Valle de Larraun. El pasacalles estuvo encabezado, como no podía ser de otra forma, por las Reinas de las Fiestas, que no cesaron de saludar y de lanzar caramelos a los miles de vecinos que se agolpaban en las aceras en su camino hacia el ágora de la villa carpintera a bordo de un deportivo descapotable. Tras ellas, un todo terreno descapotable y dos carrozas de temática marina abrieron camino a centenares de integrantes de cada una de las tres grandes peñas, que marcaron los pasos de baile que ordenaron los directores-animadores de sus respectivas charangas. Cerraron el desfile el resto de pequeñas y medianas peñas, que estos días aglutinan a niños, jóvenes y mayores bautizadas con los más originales y a veces impronunciables nombres.

Tras el 'zambombazo', después que los trabajadores de los servicios municipales volvieran a poner en estado de revista la Plaza Mayor y las calles aledañas, comenzó el encierro. Tres potentes cohetes-bomba anunciaron a las 20.30 horas el inicio del primero de los encierros urbanos de reses bravas desde los corrales de San Miguel hasta el monumental centro multiusos, pasando por la Plaza Mayor y la calle Palomares.

El encierro estuvo protagonizado por seis toros del que fuera rejoneador y ganadero portugués José Rosa Rodríguez y el también rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, que cubrieron los 900 metros de recorrido en poco menos de tres minutos sin provocar ningún tipo de incidente. Una vez que terminó la suelta, siguió ya en el coso la primera de las tradicionales probadillas.

La fiesta no acabó aquí y, poco después de la medianoche, la música y el baile cobraron protagonismo en la plaza Mayor con la primera verbena popular amenizada por la orquesta pontevedresa Tango, que repitió un año más con una renovada y sorprendente puesta en escena, la cual tuvo como telonera, desde la medianoche, y cierre, hasta la 6 de la madrugada, a la animación musical del Dj Alex Alonso.