Los ingresos por los molinos impulsan grandes proyectos en los Montes Torozos

Estas instalaciones suponen una nueva fuente de ingresos para unas arcas que, dado el reducido tamaño de los municipios -la mayoría no supera los 400 vecinos-, no son demasiado abultadas. Inyectan unos ingresos extra que ha permitido a los ayuntamientos llevar a cabo proyectos que, de otro modo, no podrían asumir. En Valverde de Campos -un centenar de empadronados el año pasado, según el INE- pasaron de «no tener para pagar al panadero» a atesorar en sus cuentas más de un millón de euros. Literal. «Cuando llegó la nueva corporación -en 2019- la deuda saltaba los 300.000 euros, debíamos hasta el pan. Pasamos quince días a oscuras en el mes de agosto porque no teníamos ni para pagar a la compañía de luz, y justo coincidió que surgió esto de los molinos», reconoce su alcalde, José Ignacio del Campo.

Ahora, cuando les cuadra, cuando lo consideran «oportuno», organizan una fiesta popular «por todo lo alto y con todos los gastos pagados». Aunque no haya nada que celebrar, solo el hecho de pasar un día juntos. «La pandemia nos lo ha frenado un poco, pero pronto organizaremos algo, lo mejor de todo esto es poder disfrutarlo todos los vecinos juntos», sostiene.

Son varios los proyectos que tiene el equipo de Gobierno en mente para «mejorar la vida» en Valverde y que financiarán con estos remanentes. A un nuevo pabellón que inauguraron en junio y en el que invirtieron unos 100.000 euros, se sumarán próximamente un nuevo ayuntamiento y asfaltar dos kilómetros y medio de camino para unir el núcleo urbano con la N-601 y ahorrarse así recorrer unos nueve kilómetros. «Lo primero que hizo la nueva corporación fue comprar el solar para el nuevo ayuntamiento, muy necesario. A falta de la adjudicación, invertiremos 710.000 euros, mientras que el camino nos costará 250.000», precisa Del Campo.

Donde han aprovechado este dinero extra para urbanizar «medio pueblo» es en Berceruelo. Su alcalde, Álvaro Casares, afirma que «mejoramos alguna obra que nos faltaba de completar, sobre todo de urbanización» y también construyeron un parque y adquirieron un terreno contiguo al actual ayuntamiento «para poder ampliar las instalaciones municipales en un futuro». Aún no han decidido cuándo lo harán, pero será «pronto», pues la idea es que en una de esas salas se instale un pequeño gimnasio para los mayores. Esos ingresos a mayores se han consolidado como una parte fundamental para el presupuesto del pueblo. De hecho -dice Casares- «lo que nos pagan supone casi otro presupuesto, digamos que casi se duplica».

Un «cambio importante» han supuesto los aerogeneradores para Villalba de los Alcores. Aterrizaron allí los primeros el año pasado y ya tienen claro a qué irá a parar el grueso de las 'inyecciones', que llegan a los consistorios a través de los impuestos de Actividades Económicas y sobre Bienes Inmuebles de Características Especiales. Construirán, cuando cierren la venta de los terrenos, una residencia de ancianos.

A ello, además, cabe añadir que han «reducido los impuestos rústicos y urbanos a niveles mínimos» y no descarta su primer edil, Manuel Gutiérrez, más actuaciones, aunque todo dependerá «del momento», como se refiere. «Si no fuera por el dinero que nos han dado, unos cien mil, seguramente no podríamos haber hecho nada», admite.

Otra de las localidades 'beneficiadas' por los parques eólicos es Torrelobatón. Su regidora, Natividad Casares, comenta que «no ha cambiado mucho» el día a día de sus vecinos. «Sigue siendo la misma», cuenta, al tiempo que coincide con su homólogo en Valdenebro en que «se han llevado a cabo proyectos que de otro modo no se podrían haber realizado». «Se ha canalizado un arroyo, arreglado parte de la piscina, hemos hecho un parque... Son pequeñas cosas que han mejorado el pueblo», sentencia.

En Castromonte, por ejemplo, con el remanente construyeron una gran piscina para sus más de 300 empadronados, con una inversión que superó el medio millón de euros. A apenas nueve kilómetros, en La Mudarra, su alcalde, Víctor González, apostó por un velatorio municipal para que sus censados -es exclusivo para mudarreños o familiares- no tuvieran que desplazarse a otro a velar a sus seres queridos. «Está hecho a capricho, para quitarse el sombrero, no hay nada igual ni parecido en el entorno», opina.

En Velilla, aunque su regidor, Carlos Fernández, asegura que están «muy contentos» con que les toque una porción de la tarta de la energía eólica, subraya que «solo» tienen cuatro molinos, por lo que la inyección económica no es muy elevada. «Lo guardaremos para ahorros, que nunca se sabe. Grandes proyectos de momento no tenemos en mente», apostilla.

«El problema que tenemos es el funcionamiento hoy en día de los ayuntamientos, nos cuesta mucho sacar las cosas adelante», dice el primer edil de Valdenebro de los Valles, Melchor Vaquero, quien lamenta la «lentitud burocrática» a la hora de llevar a cabo iniciativas. «Estamos muy limitados, nos ha mejorado porque tenemos unos ingresos extra bastante importantes pero hacer proyectos grandes es muy complicado», incide, mientras explica que tienen «varias cosas en mente». «Lo primero y más importante es la eliminación de ruinas que hay, sobre todo en la zona de Tierra de Campos», dice.

Valladolid es la cuarta provincia de Castilla y León con mayor potencia eólica, en un ránking que lidera Burgos -genera 1.980 megavatios, de un total regional de 6.269- y cierra Segovia.