Los informes de Criminalística no despejan las incógnitas del caso Esther López

Las actas completas de las inspecciones oculares llegan al juzgado muchos meses después de que se hayan recibido los informes con los análisis de las pruebas recogidas durante esos registros (fibras, pelos, manchas, huellas digitales) llevados a acbo del 6 al 12 de abril de 2022, que no han logrado ubicar a Esther López en el interior de la propiedad de Óscar S. la madrugada de autos, ni tampoco confirmar sin género de dudas la principal hipótesis de la Guardia Civil: que la atropelló, ocultó el cádaver y posteriormente lo trasladó en el maletero del coche hasta la curva de la carretera de Traspinedo donde fue encontrado el cuerpo de la joven el 5 de febrero, 24 días más tarde de su desaparición.

En esas inspecciones técnico oculares de la denominada Operación Romeralto participaron perros del Servicio Cinológico de la Guardia Civil especializados en búsqueda de restos biológicos, así como personal del equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico y personal del Grupo de Apoyo Técnico Operativo (GATO) de la Unidad Central Operativa (UCO). Como resultado de estos registros se elaboró un adelanto de inspección técnica ocular que fue entregado el 27 de abril de 2022 a la unidad investigadora del caso para que lo remitiera al Juzgado.

En el registro del interior inmueble, de 830 metros cuadrados se encontró, entre otros indicios, una fibra de color crema que, según el informe posterior del laboratorio, era compatible con el forro del chaquetón marrón que vestía Esther López la noche de su desaparición. Esta fibra estaba en el suelo del vestíbulo de la entrada a la vivienda y es el único indicio, hasta el momento, que podría situar a Esther en la vivienda, aunque pudo ser una transferencia, pues Óscar y Esther estuvieron muchas horas juntos.

Junto a la depuradora se encontraron restos de una sustancia de color azul, así como en una bolsa de plástico y en un equipo de limpieza de piscinas, partículas azules que se cotejaron con las que aparecieron en el pantalón negro que llevaba la joven, pero el resultado de compatibilidad fue negativo. Tampoco las colillas de cigarrillos que se encontraron en una cajetilla de Winston dentro de una bolsa de papel que había en el cubo de la basura contenían el ADN de Esther. Las manchas en los reposabrazos de los sillones del porche que podrían ser sangre no obtuvieron correspondencia con la desaparecida. En el resto de las dependencias de la vivienda y las construcciones anejas no se encontraron restos de interés para la investigación, a pesar de que los perros llegaron a marcar un par de puntos en la parcela.

La inspección del vehículo de Óscar S. tampoco ha arrojado resultados concluyentes. En el interior del maletero se aplicó un reactivo químico de orientación para la búsqueda de restos biológicos. El 'Bluestar' reaccionó sobre la superficie del lado derecho de la moqueta del maletero y se recortó esa superficie para ser analizada. El último análisis realizado descartó que esa mancha fuera sangre de Esther.