La ilusión de un teatro con un espectáculo estable de magia

Tenía 18 años y la vida encaminada hacia el trabajo social, pero un espectáculo de magia hizo renacer en ella nuevas ilusiones que cambiarían su futuro para siempre. Ella es Marta Sanz Carrasco, una joven maga vallisoletana que ha puesto en marcha Serendipia, la primera sala de Castilla y León especializada en espectáculos de magia, que abrió sus puertas en marzo.

Marta se acababa de formar como técnico de Laboratorio y Diagnóstico Clínico cuando se fue de crucero con sus padres. Durante uno de los shows del barco, participó en un taller de magia que le impactó de tal manera que empezó a adentrarse en este mundo y a aprender las más variadas técnicas del ilusionismo de forma autodidacta. «Aquello me cambió la vida. De pequeña siempre me gustó la magia, pero pensaba que había que tener unos poderes especiales y que yo había nacido sin ellos. No sabía que existían los trucos. Mis padres siempre me han inculcado la pasión por la vida cultural, por el teatro, la magia y el cine. Descubrir este mundo me abrió la mente a nuevas posibilidades», dice esta joven.

La curiosidad por la magia fue creciendo. Aprendió trucos por Internet e intentó contactar con algunos de sus magos de referencia para ver cómo progresar en la profesión. El único que contestó a sus mensajes fue el mago vallisoletano Fernando Arribas, quien le ofreció su ayuda y le dio buenos consejos. En esa época Marta ya estaba estudiando Trabajo Social y se matriculó en el programa de ilusionismo del Real Centro Universitario Escorial-María Cristina, en Madrid. «Fueron tres años de estudio. Estando en segundo curso, me llamaron para participar en un festival en Sarria (Lugo). Me habían conocido a través de Facebook. Acepté, pero tuve que formarme específicamente para acudir a ese festival. El gran Juan Luis Rubiales se convirtió mi maestro. Me cambió el 'chip' y mi filosofía sobre la magia y sobre la vida. Él siempre está ahí para mí», recuerda Marta. Después llegarían otros muchos festivales de magia, los más importantes de España, como Lugomáxico, Faràndomus, los Encuentros de Magos Infantiles o el de la Cúpula del Milenio, entre otros.

Marta es una chica joven y tímida, pero que en el escenario se transforma en Martilda, su nombre artístico. Consigue atrapar a su público con su estilo elegante, divertido, armonioso y creativo. Tiene algo que le distingue, y es que todos sus prodigios los hace con guantes blancos, igual que hiciera antaño el mítico mago Cardini. Algo que resulta de enorme dificultad y que le aporta un punto de distinción en el escenario. Su número 'Muertos de hambre' le sirvió para ganar el premio Oráculo Promesas 2018 en Valladolid y eso le abrió las puertas al importante festival Flasoma en Fortaleza, en Brasil.

En marzo de 2018 Marta, junto con su familia, comenzó a dar vueltas a la idea de montar una sala de magia como complemento a los bolos que hacía por toda España. Pronto empezó a ver naves y locales en Valladolid. «Fue complicado. Muchos no estaban bien insonorizados, o no cumplían la normativa. Pero en cuanto vi esta nave en los antiguos Almacenes Generales Castilla del siglo XIX me enamoré de ella por su altura, su superficie, su diseño industrial y las infinitas posibilidades que ofrecía. Estaba en malas condiciones y trabajamos mucho para dejarla a punto, pero el resultado es espectacular», explica. Y tiene razón. Las paredes desnudas, con el ladrillo como material protagonista y una estética que tiende al minimalismo, impactan a todos los espectadores que acuden a disfrutar de la magia en vivo.

Marta carecía de formación relacionada con el mundo empresarial, por eso decidió participar en el curso para emprendedores CREA del Ayuntamiento de Valladolid, que le sirvió para desarrollar su plan de empresa y para resolver todas las dudas relacionadas con la puesta en marcha del negocio. «He sido beneficiaria de la beca CREA, dotada con 1.500 euros. Es la única subvención que he recibido», informa. «La ley de espectáculos es difusa y en Valladolid no existe ningún negocio de este tipo, por lo que no sabían muy bien dónde encajarlo a la hora de darme de alta. La burocracia ha sido lenta y cara. Para los que estamos empezando todo debería de ser más sencillo y sería interesante que se buscaran fórmulas para que pudiéramos afrontar los pagos con mayor facilidad, por lo menos en los primeros meses, que es cuando más desembolso de dinero tenemos que hacer», reclama esta emprendedora.

Sus padres, Guillermo y Puri, son sus seguidores más fieles. Siempre le acompañan a cada una de sus actuaciones y le apoyan en este proyecto empresarial donde la magia es la protagonista. «Siempre tuve claro que si montaba una sala se llamaría Serendipia. Me encanta esta palabra. Significa hallazgo afortunado. Así encontré yo la magia. Era mi destino. La encontré y mi vida dio un giro de 180 grados», explica.

Serendipia es un teatro de ilusiones que nace para difundir la pasión de Martilda por el arte y en especial por la magia. Por la sala pasan cada semana los mejores ilusionistas y especialistas en otras disciplinas artísticas, con nombres reconocidos a nivel nacional e internacional, convirtiéndose así en una alternativa cultural de calidad para la ciudad. «La programación incluye magia de salón y escena, música, conciertos, teatro y hasta cabaret. Abrimos los viernes, sábados y domingos y todos los fines de semana cambiamos de artista. Los miércoles impartimos un taller de teatro y creatividad a cargo de la actriz Silvia Martín Treviño, de 20:45 a 22:15 horas, cuyo grupo todavía está abierto, y los jueves empezaremos a tener cabaret capitaneado por Lady Veneno», invita Marta. El precio de la entrada oscila entre los 8 y los 10 euros. Otras actividades que acoge la sala son conferencias y seminarios para magos. «Ofrecemos shows de calidad y los artistas que traemos son maravillosos fuera y dentro del escenario, por eso el público se va encantado, aunque es cierto que al estar empezando cuesta darse a conocer y hacerse un hueco en el mercado», concluye.