Valladolid

Uno de los guardias civiles de Mojados a los que quemaron el coche se muda a Extremadura

Precisamente, la noche del 1 de marzo no se le olvidará a Cuevas, que estuvo destinado en la localidad vallisoletana desde 2005 hasta su jubilación, ni a su familia. Le despertaron cuando la parte delantera de su coche estaba totalmente calcinada tras utilizar potenciadores del fuego como pastillas para barbacoas y líquido inflamable.

Desde esa fatídica noche, Cuevas y su mujer tardaron diez días en alejarse de Mojados con destino a un municipio de Extremadura. Para empezar de cero, pero sin miedo. «Dejamos todo en Valladolid, aquí se quedan nuestros tres hijos, que fueron los primeros en decirnos que nos marcháramos», lamenta Cuevas, apenado por el cambio de vida.

A pesar de todo, el guardia civil jubilado no para de dar vueltas a una situación inesperada. «No tenemos ninguna pista de que alguien nos pudiera hacer esto. Entre los tres agentes hemos hablado. Los hechos más relevantes que hemos tenido en estos siete años han sido 'peccata minuta'. Hemos dado y seguimos dando vueltas y no encontramos a alguien que se haya podido vengar», agrega el guardia civil.

Con un nexo de unión entre los tres sucesos, los agentes tienen claro que fueron a por ellos por algún motivo. «Todo el mundo en Mojados sabe dónde vivimos los tres. Además, son hechos con una distancia considerable entre vivienda y vivienda, así que no ha sido fruto de una casualidad vandálica», continúa mientras se instala en su nuevo hogar.

De momento, la investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil poco ha avanzado, o así lo creen los propios afectados. «Conozco desde dentro la Guardia Civil y sí que tiene herramientas para investigar y profundizar. La noticia ha estado bastante tapada. Parece que no se quiere ver que ser policía o guardia civil es una profesión de riesgo. Tienen capacidad para no dejar la investigación aparcada», critica el propio afectado a la par que incide en que no ha tenido llamadas de los mandos en Valladolid para preguntar por su situación.

«Muchos años he trabajado por y para la Guardia Civil y el ciudadano, y una vez jubilado te olvidan. Ni me han llamado para preocuparse», lamenta Juan Francisco Cuevas, enfrascado estas semanas en temas de seguros tras el siniestro total de su Volvo V90. «Es un coche de segunda mano del año 2018. Lo compré hace un año por 24.000 euros y ahora me quieren dar 18.000. Me toca pelearme también con esta situación. Son todo trabas. Nosotros estábamos muy bien en Mojados, pero teníamos miedo y ansiedad ante el temor de que volvieran a atacarnos», prosigue.

Precisamente, Cuevas describe la situación particular de la localidad vallisoletana. «Es un municipio en el que viven muchos policías nacionales y guardias civiles. Esa incertidumbre sigue en Mojados porque no se ha averiguado nada de lo sucedido», remarca el agente, quien tiene claro que no volverá a la que era su casa aunque se dé con el autor o autores de los hechos.

Además del vehículo de Juan Francisco, en esas quemas intencionadas se calcinaron también los coches de un agente en la reserva y otro en activo y destinado en el cuartel del municipio: un Golf y un Toyota híbrido.