Cuatro guardas micológicos –«expertos conocedores» de los montes y pinares vallisoletanos– reforzarán desde este fin de semana, con el inicio oficial de la campaña micológica, la vigilancia para la recogida de setas en las zonas acotadas que requieren de permiso en la provincia. Los ... nuevos vigilantes se sumarán al control que ya ejercen, durante todo el año, los agentes medioambientales de la Junta y los integrantes del Seprona, rama de la Guardia Civil especializada en la protección de la naturaleza.
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El objetivo es evitar el expolio micológico, en un momento además en el que ya se han producido varios decomisos por la recolección irregular de setas para su posterior venta. En apenas un mes, en Soria se han decomisado tres mil kilos de setas, con 107 denuncias y cuatro vehículos inmovilizados. En un pinar de Guadarrama, la última operación de los agentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta en Segovia se cerró con cien kilos incautados.
¿En Valladolid? «De momento no ha habido ninguna intervención de este tipo», asegura Montserrat Ganado, técnico responsable en Valladolid en Micocyl, el programa para el aprovechamiento micológico de Castilla yLeón promovido por la Junta. «Esta es una provincia en la que la recolección es eminentemente recreativa, pero se empieza a ver movimiento de grupos de personas que recogen setas para luego, por la tarde noche, establecer operaciones de compraventa. El tema de las setas ha cogido mucho auge en el mundo de la comercialización y, por desgracia, nadie se libra de las prácticas irregulares», asegura Ganado quien, después de recabar datos con los tres cuerpos de vigilancia en la provincia, asegura que no se han producido decomisos en los primeros compases de esta campaña otoñal.
La temporada de setas comienza de forma oficial este viernes. El jueves por la tarde, los Ayuntamientos recibieron el visto bueno para comenzar la expedición de las licencias necesarias para recoger níscalos en las 27.353,51 hectáreas del terreno acotado. Así que, desde hoy, es posible acudir a los municipios implicados para pedir uno de los permisos que autorizan para la recogida de setas.
El año pasado se tramitaron 4.899 autorizaciones, una cifra que seguramente se quedará corta este otoño, pues las lluvias de las últimas semanas auguran una campaña prometedora. «Ahora es cuando están empezando a salir. Confiamos en que no hiele durante los próximos días», asegura Ganado. La producción media anual sostenible en la zona vigilada asciende a 252.046 kilos de setas, según los datos que maneja Micocyl.
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Los guardas micológicos privados que desde este fin de semana reforzarán la vigilancia en los pinares son contratados por los municipios que conforman la zona acotada en la provincia. De momento son cuatro, pero el número se incrementará a medida que avance la campaña y se incremente la cantidad de setas y hongos.
Su labor consistirá en supervisar que no se cometen infracciones respecto a la normativa de recolección micológica, que prohíbe, por ejemplo, la recogida nocturna, remover el suelo a mano o con herramientas («y el rastrillado es más habitual de lo que parece»), arrancar especies no recolectables o usar cubos, bolsas de plástico o recipientes que no permitan la aireación y la caída al exterior de las esporas de las cestas.
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Por eso, lo mejor ir con setas. Y con el permiso en regla:desde tres euros para toda la temporada para los vecinos de alguno de los 62 montes de 38 municipios que conforman Micocyl en Valladolid. Entre otros, se incluyen los montes y pinares de Alcazarén, Aldeamayor, Bocigas, Boecillo, Camporredondo, Castromonte, Íscar, Llano de Olmedo, Matapozuelos, Mayorga, Mojados, Olivares, Olmedo, La Parrilla, LaPedraja de Portillo, Pedrajas, Portillo, Pozal de Gallinas, Puras, Quintanilla de Onésimo, San Miguel del Arroyo,Torrescárcela, Traspinedo,Tudela, Valdenebro de los Valles, Valdestillas, Viana, Villabrágima, Villalba de los Alcores, Viloria y La Zarza.
Son, qué duda cabe, las zonas más fructíferas, como los montes de Portillo y Montemayor de Pililla, que el año pasado (gracias a la lluvia caída en la zona)fueron las más generosas en una campaña que se presentó complicada. De hecho, la provincia no vive una buena temporada de níscalos desde el año 2015.
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