Daños en los viñedos en el término de Pesquera de Duero, con la ermita de la localidad al fondo Agapito Ojosnegros Lázaro

El granizo causa daños en dos mil hectáreas de viñedos, el 10% de la Ribera del Duero

La tormenta descargó cerca de cuarenta litros en quince minutos y arrasó casas y cultivos de Piñel de Abajo y de Arriba y de Pesquera de Duero

Lunes, 31 de mayo 2021

La noche cayó de golpe y a los rayos, nada menos que 1.299 se registraron a última hora del domingo en la provincia, siguió una intensa granizada que descargó cerca de cuarenta litros por metro cuadrado en apenas quince minutos en el entorno de ... Piñel de Abajo y de Arriba y Pesquera de Duero, en una línea de tormenta que después siguió su recorrido por otros puntos de la Ribera de Duero también de Burgos.

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La granizada cubrió literalmente de blanco las calles de los pueblos afectados y dejó acumulaciones de hasta diez centímetros de espesor en algunos puntos. Una tromba suficiente para causar «graves daños» tanto en las viviendas, naves y mobiliario urbano como, sobre todo, en los viñedos y cultivos de los términos afectados, según confirmaron ayer alcaldes y vecinos de la comarca. La tormenta llegó, incluso, a obligar a cortar puntualmente las carreteras ante la imposibilidad de circular por ellas por las riadas de agua y granizo.

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen de la Ribera de Duero estima inicialmente en unas dos mil hectáreas de viñedo las que resultaron dañadas, en distinta mediada, por la fuerte granizada que arrasó dos comarcas diferentes de la Ribera del Duero, una de ellas situada entre Valladolid y Burgos y la otra entre Segovia y Burgos. Esas superficies supone un 10% de la superficie de la denominación. Ahora, según aclaran desde la denominación, serán necesarios varios días para entrar en las viñas y hacer un examen más exhaustivo de cada parcela, pues las hay que han quedado completamente arrasadas y algunas que han logrado salvar el tipo.

«Todavía es muy pronto para hacer la estimación de daños. Sí que hay zonas en las que hay que pensar ya en la poda del año que viene y no en la vendimia de este año porque las ha dejado (las viñas) como en febrero, y luego hay zonas en las que, como sucede en Santa Cruz de la Salceda (Burgos), estando el 70% del viñedo afectado hay partes que se vendimiarán y hay otras que no».

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La DO reconoce que «hay zonas en las que hay que pensar ya en la poda del año que viene y no en la vendimia de este»

La estimación de viñedo tocado por el pedrisco es de «dos mil hectáreas, un 10% de la DO, pero habrá que ver el grado de afección de cada una de esas hectáreas» apuntan antes de ahondar en que «ahora mismo todas las informaciones de las que disponemos son muy a priori, porque hay que salir, ver el campo y ver qué pasa en unos días. Ver si ha roto la yema terminal, si está rebrotando, si rompe por otro lado, si se mantiene el mismo crecimiento o qué pasa», pero esto es algo a valorar sobre el terreno y a varios días vista para comprobar cómo responden las vides, recalcaron ayer desde el Consejo Regulador.

Lo que sí que confirman es que «fue una granizada bastante importante», que descargó en «dos lenguas de tormenta» a primera hora de la noche del domingo, a partir de las nueve. Ambas lenguas tuvieron un rumbo sureste.

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Una de ellas entró por Quintanilla de Arriba, pasando por el lado norte del Duero, hacia Pesquera, donde cayó con intensidad la tormenta de granizo. Y de ahí se introdujo por el valle del arroyo donde están las localidades de Piñel de Abajo y Piñel de Arriba, en las que sufrieron cuantiosos daños tanto el viñedo como el cereal y los frutales. Estos municipios también sufrieron el efecto de la tormenta en viviendas y naves, así como cortes de luz y en comunicaciones de telefonía móvil e Internet.

«Ha afectado bastante en Pesquera, pero sobre todo a la zona baja, no al páramo. De Pesquera a Peñafiel hubo incidencia, y Curiel de Duero se ha librado; pero en Piñel de Abajo y Piñel de Arriba ha pegado mucho. Ha seguido ese recorrido y, ya en la provincia de Burgos, la tormenta ha entrado un poco por Guzmán y por la zona oeste de Olmedillo de Roa, zona bastante tocada como lo ha sido Villovela de Esgueva. La tormenta salió por Pinillos de Esgueva esquivando Olmedillo», resumen desde la DO, desde donde también describen la trayectoria de la otra lengua de la tormenta, que entró con fuerza por Aldehorno (Segovia) y alcanzó distintos puntos de la provincia burgalesa. Más escasos fueron los daños en Soria, al igual que en Villálvaro, Peñafiel o Aranda de Duero, apuntaron.

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Viñas, cebada, trigo, guisantes, nogales y algunos frutales son los cultivos que, en primera instancia, fueron los más afectados por la piedra, aunque el que más preocupa a los afectados es el viñedo, pues en algunos casos no solo les priva de esta cosecha sino que puede que de una más, en función de la gravedad de los daños. Por ello el sentimiento de frustración e, incluso, las lágrimas describían el estado de ánimo de los viticultores y bodegueros, como Félix Rodríguez y Jesús Arbás, ambos con viñedos en Piñel de Arriba. En el caso de Arbás, también con bodega, ayer se afanaban en retirar el granizo pues este, al descongelarse, se filtraba en las instalaciones. «Es una catástrofe que no hemos visto nunca. Va dar mucho trabajo. El problema es que el seguro solo te cubre la producción de un año y esto va a dar trabajo para dos años más. Esto repercute en las próximas cosechas también», resumió Félix Rodríguez, quien daba por pérdidas sus diez hectáreas y la campaña.

Jesús Arbás, también desolado, señalaba que «ha sido una pérdida terrible. Todo destrozado, pero destrozado de una forma brutal, como si hubiese pasado una desbrozadora o mil animales comiéndoselo».

Zonas catastrófica

De las ocho hectáreas que tiene en el otro Piñel Mauricio Fernández, agricultor de Piñel de Abajo, no se ha salvado nada. «Nos ha destrozado todo, y te metes en la tierra y todavía ves granizo», se lamentaba. «El daño ha sido exagerado».

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En Pesquera a algún vecino le tocó achicar agua en su casa, y en los piñeles a la mayoría, sufriendo distintos daños, muy visibles con persianas destrozadas, buzones, canalones y bajantes, cristales de ventanas rotos, farolas o cables colgando.

La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) reclamó ayer la declaración de «zona catastrófica» en los pueblos afectados y la Junta, a través de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, ofreció ayuda para la elaboración de informes de perimetración.

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