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J. Sanz y C. Catalina
Valladolid
Viernes, 19 de enero 2024, 14:38
Lo peor del presente episodio de crecidas de los ríos llega por el sur de la provincia. Por allí han roto ya sus costuras el Adaja, el Cega o el Pirón a la espera aún de los picos y de las puntas del Duero y ... el Pisuerga. Este último ya baña sus paseos inferiores a su paso por Valladolid en su punto habitual de fuga bajo el puente de Poniente y a primera hora de la tarde aún continúa adentrándose poco a poco cada vez más en tierra firme. Vaya por delante, no obstante, que los desbordamientos no han causado daños más allá de alcanzar en numerosos puntos a los terrenos colindantes.
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La situación más preocupante se vive en Mojados, donde se han colocado sacos terrenos en torno al puente del Cega y los operarios se afanan desde el mediodía en intentar despejar los ojos del mismo, prácticamente cegados por la fuerza del caudal de un río que ha superado su nivel naranja y que arrastraba este viernes al mediodía cerca de 85 metros cúbicos por segundo. La tendencia de su caudal, eso sí, está estabilizada y ya por la tarde ha comenzado a descender ligeramente hasta situarse por debajo de los ochenta.
Y cerca de allí, también por el sur, han experimentado ligeros desbordamientos en sus cauces el Pirón, en el entorno de Íscar, y el Cega en Megeces; si bien el afluente del Duero que ha experimentado una mayor crecida, aunque su cauce es muy profundo en su tramo final antes de la desembocadura, es el Adaja, que supera desde este mediodía con creces los cien metros cúbicos por segundo y que se encuentra en nivel naranja con una tendencia ascendente. Su caudal, aunque de forma muy tímida, ha comenzado a descender por la tarde.
A los desbordamientos de los principales ríos del sur de la provincia se suma también el del Duero a su paso por Tordesillas, donde el principal río de la cuenca baña ya de forma aún tímida la playa al borde del puente, junto al cámping.
Y todo ello a la espera de la anunciada punta de los caudales de los ríos del sur de la cuenca, que se espera de cara al fin de semana. El Duero, de hecho, ha experimentado en las últimas horas notables crecidas y supera con creces el nivel amarillo a su paso por Quintanilla de Onésimo (175 metros cúbicos por segundo) y, justo antes de la capital, en Herrera de Duero (190 metros cúbicos).
A las aportaciones de los afluentes del sur se suman las del Pisuerga, que también ha crecido a su paso por la capital, donde ahora arrastra 240 metros cúbicos por segundo (casi treinta más que ayer) y donde cubre ya parcialmente sus paseos inferiores bajo el puente de Poniente, entre las casetas de los Amigos del Pisuerga y la antigua del Catarro. El principal río capitalino, aunque aún espera la punta de esta avenida, se encuentra muy lejos del riesgo real de desbordamiento, que se sitúa por encima de los seiscientos metros cúbicos por segundo. Su caudal ascendente marca a media tarde 256 metros cúbicos.
Y el Esgueva, en paralelo, continúa anegando sus paseos inferiores entre Pajarillos y Pilarica, y se mantiene por encima de su nivel de alerta a su paso por la capital con unos más que llamativos 14 metros cúbicos por segundo, un volumen que se mantiene estable desde el jueves. El afluente del Pisuerga ya anegó dos días antes tierras de cultivos, una nave y un parque en Villanueva de los Infantes, donde su caudal ha descendido ya de manera notable, aunque aún continúa siendo elevado con cerca de diez metros cúbicos por segundo.
Los aportes de todos estos ríos han causado un más que llamativo crecimiento del Duero, que aún espera su punta, aguas abajo de las desembocaduras del Adaja y el Pisuerga. Tanto es así que este viernes supera con creces los quinientos metros cúbicos por segundo en San Miguel del Pino y desde primera hora de la tarde ha superado ya su nivel amarillo de alerta con 553 metros cúbicos.
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La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ya advirtió ayer de que el pico de este episodio de avenidas, causado por las intensas lluvias de los días anteriores y el deshielo causado por las altas temperaturas, llegaría presumiblemente durante el fin de semana a los principales ríos, sobre todo, del sur de la provincia. Incluso el Zapardiel en Medina del Campo disparó el jueves su caudal, aunque a última hora de la jornada ya comenzó a descender, hasta rebosar su cauce con unos más que llamativos 25 metros cúbicos por segundo.
También ha experimentado una notable crecida el Duratón a su paso por Peñafiel, donde se ha acordonado el parque urbano situado junto al puente sin que se hayan producido desbordamientos en este punto.
Y todo ello en una jornada gélida, en la que la provincia parece haber esquivado la nieve, salvo por unos tímidos copos mezclado con la llovizna de la mañana, casi imperceptibles (la alerta amarilla por posibles nevadas se mantiene activada hasta las siete de la tarde), al paso de la borrasca Juan. La entrada de una masa de aire gélido, eso sí, ha provocado un descenso brusco de las temperaturas, que se agudizará aún durante el fin de semana.
Valladolid, en este sentido, está en aviso amarillo para el sábado por mínimas que pueden alcanzar, o superar al oeste de la provincia, los seis grados bajo cero. Más al oeste, en Soria, se esperan mínimas históricas (el aviso allí es rojo) por temperaturas de hasta -14 grados. Durante el fin de semana, eso sí, no lloverá.
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