Enrique Belloso, de Espárragos Belloso, incluidos en la marca de calidad. Agapito Ojosnegros Lázaro
XXXIX Feria de Exaltación del Espárrago de Tudela de Duero

Garantía de calidad, procedencia e identidad propia en el campo

La Marca de Calidad Espárrago de Tudela de Duero busca un impulso que asegure el futuro del emblema hortícola

Jueves, 1 de junio 2023, 00:29

La campaña del espárrago de Tudela de Duero toca a su fin, por lo que si quieren adquirir unos buenos manojos todavía están a tiempo de adquirirlos acercándose este fin de semana a la localidad.

Publicidad

Este año la campaña finaliza un par de semanas antes, tal y como explica Enrique Belloso, productor y propietario de la marca Espárragos Belloso. Debido al calor de abril la producción se ha disparado ese mes, «duplicando la planta el rendimiento al que suele tener durante ese periodo. Lo de este año no es normal. Yo, al menos, no lo he visto nunca». Se han visto desbordados en todos los procesos, desde el campo hasta la logística y distribución, pues por norma general la recolección se produce «de forma escalonada desde finales de marzo hasta mediados de junio. Sin embargo, este año en abril se ha dado casi un 80% de la producción, por lo que estábamos desbordados por todos los sitios».

Sus espárragos están amparados por la Marca de Calidad Espárrago de Tudela de Duero, un sello que apenas ha empezado a caminar, con tan solo un lustro de vida. Esto significa que tiene mucho recorrido por delante, tiempo para asentarse, para seducir a otros productores y caminar juntos bajo un paraguas que garantiza calidad, procedencia e identidad propia.

Para conseguir este timbre hubo que realizar un profundo estudio en el que se mostrase por qué el esparrago de Tudela es diferente al de otras zonas productoras, un estudio de suelos, de clima, de características y propiedades oganolépticas y de historia. El trabajo de investigación se encargó al INEA y demostró que «el espárrago de Tudela era diferente al de otras zonas», señala Belloso. «La climatología es más rigurosa que en otras zonas productoras, y el terreno, limoso por los sedimentos del Duero, es el que le da las características especiales al espárrago de Tudela». «El equilibrio que tienen es muy sutil, entre el dulzor y amargor, un sabor que gusta mucho en los restaurantes».

Publicidad

«El funcionamiento es similar al de una DO o una IGP, y cada año se realiza en una auditoria para certificar que puedes seguir con la marca». Hay fijada una normativa que ha de cumplirse para estar dentro del sello de calidad, como tener las parcelas dentro del término de Tudela de Duero, abonar una tasa por hectárea y pasar un control de producción y de envasado. «Dependiendo del número de hectáreas te asignan un número de etiquetas, 4.000 etiquetas por hectárea, para llevar un control lógico de producción y así garantizar que el espárrago que se vende es de Tudela».

La marca de calidad ampara a los espárragos blancos frescos, a las categorías suprema, extra, extra blanco y extra morado, cada uno cumpliendo con una características morfológicas determinadas.

Llevar este sello sirve, además de para garantizar la calidad del producto, para evitar el intrusismo, que se envasen espárragos de otras zonas con el nombre de Tudela de Duero en su etiquetado aprovechando el renombre de los tudelanos. «La única forma que teníamos para defender el producto era con una marca de garantía», refleja el productor.

Publicidad

Esta marca de calidad es muy joven, apenas balbucea, por lo que tiene un gran camino por delante y un gran margen para la consecución de sus objetivos. Ahora, el más inminente sin duda, es el de atraer a los otros productores del municipio, que son pocos, apenas 3 más, lo cual hace acuciante unir esfuerzos para afrontar un futuro incierto debido a que el número de hectáreas de cultivo es también pequeño –teniendo en cuenta la gran demanda, apenas 40 hectáreas– y además en estos momentos no hay relevo generacional. De aquí a una década podría estar en riesgo el preciadísimo espárrago de la localidad por falta productores, y no por falta de demanda ni de rentabilidad.

«Estamos en el momento en el que habría que potenciar la marca de alguna forma para que se animen los productores a sumarse a ella», destaca Belloso. Dar solidez a la marca «porque ya hay una base con la que empezar a trabajar y con la que soñar alcanzar una gran relevancia. Que esa etiqueta sea garantía de éxito comercial».

Publicidad

Ideas no faltan para consolidar el sello, como la de ampliar la zona productora a pueblos limítrofes que tienen similares características de suelo y clima. La base está ahí, el trabajo más arduo está hecho, el camino allanado. El espárrago tudelano se ha colocado en el escaparate nacional e internacional con el marchamo de excelencia, agotando existencias año tras año. Esto ya debería de ser, por sí solo, un atractivo suficiente para un agricultor, el hecho de que la demanda no se cubre, además de que el producto tiene distinción y es rentable. Una apuesta segura.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad