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Son varios los pueblos que han mostrado su predisposición de celebrar algún evento taurino durante sus fiestas, pero de momento «poco o nada» de actividad tiene el sector ganadero en la provincia de Valladolid. Hasta ahora, coinciden varios empresarios, su actividad se limita a « ... algún» concurso de cortes, rejones y novilladas. La imposibilidad de organizar encierros por núcleos urbanos –así lo prohibe la normativa de la Junta– les ha dejado noqueados y con las expectativas «a cero». Hasta el día 4, la Delegación Territorial autorizó 18 festejos en la provincia.
Una decisión que la ganadería de los Hermanos Bragado no entiende. Uno de sus propietarios, Óscar Bragado, critica que pueda llevarse a cabo «cualquier espectáculo al aire libre y para hacer un encierro haya tantos controles». «Con la normativa que hay ahora mismo es imposible hacer un encierro de campo, no se puede limitar tanto. ¿Cómo lo controlas si es campo abierto? ¿Si hay alguien que pasa por un camino, sin ir necesariamente al encierro, le dices que se dé la vuelta que por ahí no puede pasar porque ya está completo el aforo?», se cuestiona este ganadero, al tiempo que avanza que no tiene «esperanzas en que salga nada». «Algún concurso de cortes más y prácticamente ya, es lo que estamos teniendo este año», sostiene.
Esta misma opinión la comparte otro ganadero, José Luis Mayoral. Resume que la temporada está siendo «muy poca cosa». «A parte de los concursos, si autorizaran hacer algún encierro sin entrar al recorrido urbano... Pero nada más», explica, mientras incide en que están vendiendo «un poco más que el año pasado», aunque es insuficiente. «Todo ayuda, por poco que sea. Más que cero es, pero esto no se soluciona nada; es un poquitín, pero no llega ni al 10% de lo que es un año normal», concreta Mayoral.
Para Pedro Caminero, de la ganadería Simón Caminero, que no haya encierros por las calles les aboca a la «muerte súbita». «Es una ruina muy grande, desesperante, agónica. Sin los festejos que estamos acostumbrados a dar es la muerte para nosotros», dice Caminero, quien precisa que «aunque tenemos algún concurso de cortes estamos bajo mínimos y sin los dineros que había antes».
Afrontan con «incertidumbre» un futuro incierto, que incluso califican de «negro». «Está siendo otro año malo, hace unos meses teníamos esperanza en remontar un poco este verano, pero visto lo visto no va a haber nada. Un año sin casi trabajar se aguanta, pero dos... Está complicado, a ver cómo llegamos a la próxima temporada y si en invierno podemos salvar algo», asevera Óscar Bragado.
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