

El 90% de los flexos de ducha que se venden en Europa tienen sello vallisoletano
Juan Carlos Lora dirige Mecaflexo, una empresa familiar con sede en Villanubla
En el mundo empresarial, donde la competencia y los egos suelen eclipsar las historias de triunfo, encontramos a Juan Carlos Lora, un empresario hecho a ... sí mismo, cuya humildad y tenacidad han llevado a su empresa, Mecaflexo, a la cima del mercado europeo de los flexos de ducha. Es reacio a los flashes y su historia es una inspiración para aquellos que creen en la cultura del esfuerzo. Él ha conseguido, que el 90% de los europeos se duchen utilizando sus flexos fabricados en Villanubla.
Nació y se crio en los páramos de Villanubla. Ya desde pequeño apuntaba maneras de buen corredor. Era muy joven cuando decidió dejar su tierra, sus amigos y su familia para perseguir su sueño en el mundo del atletismo. Encontró la oportunidad que tanto ansiaba en la sección de atletismo del Fútbol Club Barcelona donde compartió pista con el legendario Fermín Cacho. Para sostener aquella pasión Juan Carlos trabajaba simultáneamente en una pequeña fábrica de complementos para baño. Las cosas le iban bien, sin embargo de repente, todo cambió. Una grave lesión de tobillo truncó su sueño de ser atleta y la fábrica en la que trabajaba cerró. La indemnización que recibió en especie, una vieja máquina, se convirtió en el punto de partida de su aventura empresarial.
Con tenacidad, una clara visión de negocio y aquella antigua maquinaria, en 1993, desde Barcelona, Lora logró establecerse en el mercado satisfaciendo la demanda de un producto esencial en el hogar. Así sentó las bases de lo que hoy es la empresa líder en Europa en la fabricación de flexos. Los primeros años apenas producía 5.000 unidades al año, casi todo de forma manual. Todo cambió cuando dos gigantes del sector de las griferías se fijaron en él: Roca y Teka. Lora pasó a producir 5 millones de flexos anuales, que distribuía a todos los continentes, llegando a facturar 7 millones de euros. Fueron años de intenso trabajo para él y para su mujer María Ángeles, la otra mitad de este negocio. «La demanda creció exponencialmente y para seguir siendo competitivos tuvimos que fabricarnos nuestras propias máquinas, ya que en el mercado no encontrábamos maquinaria tan específica para un producto tan particular. Diseñé diferentes mecanismos para cada etapa del proceso, desde la extrusión del material hasta el ensamblaje final. Lo único que hacemos fuera es el cromado, que se lo encargamos a una empresa de Italia, ya que en España, no encontramos nadie que nos lo haga», comenta. Esa mecanización marcó la diferencia y le permitió ampliar su producción y experimentar con nuevos materiales y técnicas, haciendo que sus flexos fueran los elegidos por las grandes marcas de grifería a nivel mundial. «Certificamos todo el material para que sea aptos para agua potable, y hacemos pruebas de calidad para comprobar su resistencia a la compresión, la tracción y torsión, además de su hermeticidad. La calidad está garantizada. Nunca he tenido una devolución e incluso estamos exportando a China», comenta.

En 2012 decidió volver a dejarlo todo atrás para regresar a sus orígenes y a su pueblo natal. Buscaba tranquilidad y una mayor calidad de vida y lo que comenzó como un negocio personal se transformó en una empresa familiar, en la que su mujer, su hermana, su cuñado y, más recientemente, su hijo Roberto, forman parte activa del éxito. Están ubicados en el Polígono Industrial San Cosme de Villanubla, y acaban de ampliar y modernizar sus instalaciones para adaptarse a las nuevas demandas de sus clientes. «En Barcelona fabricábamos 400.000 flexos mensuales que Roca distribuía a todo el mundo. Decidimos venir al pueblo y bajar el ritmo de producción a 1 millón de flexos al año, porque para nosotros era demasiado. Ahora que mi hijo Roberto ha decidido continuar con la empresa, estamos en disposición de expandirnos de nuevo y aumentar la producción. La mayor parte de nuestros flexos siguen siendo para las griferías de Roca, con los que ya llevamos 30 años trabajando, pero nos hemos abierto también a otras grandes marcas del sector que han confiado en nosotros. Tenemos capacidad para fabricar 500.000 flexos cada mes, por lo que tenemos margen para crecer», subraya.

A base de esfuerzo, trabajo constante y una gran inversión en I+D, Lora ha desarrollado un amplio abanico de complementos de baño, configurando una gama de calidad capaz de cubrir las necesidades de cualquier sector de mercado. «Los fabricamos de metal, de plástico, de PVC y ahora también de silicona. En esto somos los pioneros. Los hacemos en diferentes longitudes y colores, como blanco, negro, metalizado, oro, cobre o titanio, porque los gustos y las modas cambian incluso a la hora de ducharse», concluye este empresario.
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