Fernando Alves, marido de Edurne San Vicente, en la exposición. Yaiza Cobos

Valladolid

Una exposición en Tudela de Duero recuerda la sensibilidad de la fotógrafa Edurne San Vicente

La artista tudelana falleció a consecuencia de un cáncer de mama. Diez meses más tarde, sus trabajos se muestran en el Auditorio Cosme Pérez Juan Rana

Yaiza Cobos

Valladolid

Viernes, 5 de abril 2024, 21:49

«La palabra que más le definía era sensibilidad», comenta Fernando Alves. Aquellos que le conocieron tan solo tienen palabras bonitas y sinceras para referirse a ella. Amante de la naturaleza, madre incondicional, hija afectuosa, compañera inseparable y una gran aficionada de las cámaras. La ... tudelana Edurne San Vicente hacía mella en los corazones de todos aquellos que le rodeaban, y plasmaba el mundo a través de sus imágenes. «Para ella la fotografía principalmente era naturaleza desde cualquier punto de vista», añade su marido.

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Hace diez meses, un cáncer de mama metastásico acabó con la vida de Edurne, pero no con su legado, ni con su extenso y rico trabajo. Hoy, sus fotografías se muestran a la ciudadanía en la Sala de Exposiciones del Auditorio Cosme Pérez Juan Rana de Tudela de Duero. «Quería hacer un homenaje en su memoria y enseñar algunas de las obras que tenía en casa», explica Alves.

Una exposición que aportará, además, un pequeño granito de arena a la Asociación Española Contra el Cáncer; una entidad que ayudó mucho a la pareja durante los tres años de lucha contra el cáncer a los que se enfrentó la fotógrafa. A través de la venta de sus imágenes, Alves espera recaudar dinero para seguir apoyando la investigación de la lucha contra esta patología.

Algunas de las obras de Edurne San Vicente expuestas en el Auditorio de Tudela de Duero Yaiza Cobos

Edurne disfrutaba de cada uno de los rincones que pisaba, pero también en los que vivía. No solo realizó fotografías de su pueblo, sino también de todos aquellos lugares a los que tuvo el placer de viajar. Debido al trabajo de su marido, el matrimonio se movió por todas partes del mundo, e incluso pisaron tres continentes. Su lente capturó momentos únicos en Badajoz, Sudáfrica, República Dominicana, e incluso en Israel.

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A su llegada a la ciudad extremeña, la tudelana comenzó a tomar contacto con la fotografía. Cámara en mano retrataba aquellos elementos que más le llamaban la atención. Fue allí cuando conectó aún más con este mundo. «Se integró en un grupo de gente aficionada, se enganchó mucho y a partir de ahí se dedicó bastante a ello», puntúa Fernando.

Aunque le hubiera gustado dedicarse profesionalmente a la fotografía, Edurne fue técnica de laboratorio de investigación biomédica durante más de doce años. Al trasladarse cada cierto tiempo de país, comenzó a tener algunas complicaciones a lo hora de encontrar empleo, y en Sudáfrica empezó a formarse como entrenadora emocional de reiki. A través de su canal de Youtube 'Tu mente y tú', realizaba entrevistas a otros motivadores para conocer la mente «como compañera de viaje, consejera, amiga y conexión a nivel emocional, físico y, por qué no, espiritual», detallaba San Vicente en la descripción de su plataforma.

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Esta afición, que al final acabó convirtiéndose en un trabajo, le aportaba esa sensibilidad que tanto le caracterizaba. «Por encima de todo estaba la sensibilidad, tanto si tenía que dar un consejo a alguien, como si tenía que escuchar, o incluso hacer una foto», explica su marido.

Edurne San Vicente realizando fotos Fernando Alves

Tras haber expuesto sus imágenes, en dos ocasiones, en la Ermita del Humilladero de Tudela de Duero, su marido no quería perder la oportunidad de seguir mostrando al mundo sus trabajos. La muestra, que estará disponible hasta el 24 de abril, está dividida por los países que habitó y por las fases por las que pasó. «Hay fotos sobre todo de paisajes, pero también tuvo una época que le gustaban las fotos macro más detallistas, donde aparecen los animales y los insectos muy de cerca», menciona Fernando.

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En la exposición puede encontrarse desde el Puente de Hierro de Tudela de Duero, hasta leones, jirafas, libélulas o amapolas. «Estaba muy conectada con la naturaleza», manifiesta su marido. «No me imagino como se sentiría Edurne al ver sus imágenes. Me imagino cómo se siente, porque sé que está por aquí y lo está viviendo», expresa.

Durante veinte días, la ciudadanía podrá adentrarse en los pequeños detalles de Edurne y en la manera de ver el mundo que tenía. La muestra puede visitarse de martes a sábado de 18.00 a 20.00 horas, y los domingos y festivos de 12.00 a 14.00 horas. Los beneficios de la venta de las fotografías irán destinados íntegramente a la Asociación Española Contra el Cáncer para continuar investigando la enfermedad que llevó al cielo a la fotógrafa tudelana.

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