Patrimonio

Un expolio da a conocer yacimientos de hace 4.500 años en Valladolid

Muchos de sus vecinos, pese a que los yacimientos sí están catalogados, no conocían su existencia y han sabido más del tema a raíz de la denominada 'operación Castrilase'. «Es la primera noticia que tengo, me enteré por internet. Nunca jamás he ido hablar de ningún yacimiento», reconoce Saturnina Antonio. «No tenía ni idea, lo he sabido por las noticias, no sabía nada», incide Esther, dueña de la tienda de la localidad.

Pero entre tanto desconcierto, una de sus vecinas parece ser de las pocas que conocía el rico pasado escondido bajo las tierras de la localidad. Y es que varias personas se han acercado hasta su finca en busca de piezas arqueológicas. «Está al lado del cementerio», explica Pilar Gallego.

Los únicos restos antiguos, visibles aún en el pueblo, se encuentran próximos a una ladera. La conocida como 'torre vieja', de la desaparecida Iglesia de Nuestra Señora del Castillo, preside la zona, siendo los únicos restos ancestrales que quedaron en pie tras la Guerra de la Independencia. «Es lo único que conozco», detalla Milagros.

Su cercanía al río Trabancos y su facilidad defensiva motivó una temprana ocupación en el territorio. Y es en esa zona fluvial, al sur de la localidad, donde se encuentran la mayor parte de sus yacimientos, situándose únicamente uno en la parte más al norte del núcleo urbano. Por ello, toda la superficie, un total de 93,8 hectáreas -según consta en el Boletín Oficial de la Provincia de Valladolid del 21 de octubre de 2004- se encuentran protegidas por razones culturales, al menos, sobre el papel. En la realidad son el blanco de los tradicionales buscadores de tesoros equipados con detectores de metales (su uso está prohibido).

Tal y como explica el alcalde, Moisés Santana, los yacimientos están registrados en las normas urbanísticas, pero en relación a su relevancia asegura haber «un abismo». En su totalidad, las tierras son de propiedad privada e, incluso, muchas de ellas están aradas y se cultivan habitualmente. El propio regidor apuntan que desde Patrimonio Cultural no se ha realizado ningún estudio arqueológico en ellas y asegura que ahora se han puesto en contacto con ellos para conocer su valor.

«En un pago denominado la zona de San Martín, la gente mayor me ha comentado que había una ermita, pero hace muchos años, mis padres no lo han llegado a conocer», manifiesta el regidor. Hasta el momento, y así lo reconocen muchos de ellos, los vecinos de Castrejón de Trabancos no le habían dado demasiada importancia a sus yacimientos.

Aunque los yacimientos del municipio datan de civilizaciones antiguas, que pudieron haber sido inspeccionadas con anterioridad, los últimos trabajos oficiales registrados se realizaron en febrero de 1997. Fue entonces cuando un equipo de Arqueólogos de la Universidad de Valladolid, liderado por Pedro Javier Cruz Sánchez, realizó prospecciones en el término municipal para datar y acotar sus yacimientos.

Una vez identificados los once mencionados anteriormente, fueron objeto de un primer reconocimiento y de una delimitación, establecida fundamentalmente a partir de los restos diseminados por la superficie del terreno. Aquel trabajo fue de una búsqueda selectiva, es decir, que aquel territorio fue batido de un modo fragmentario y parcial, inspeccionándose solo un 6,7% del terreno total.

Según detalla el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) del 21 de octubre de 2004, el Cerro del Cementerio, que fue descrito como un asentamiento de origen medieval relacionado con el antiguo pueblo, y el prehistórico de El Palomar «son los únicos yacimientos arqueológicos sensustricto reconocibles en el entorno mismo del casco urbano de Castrejón».

El pasado 7 de marzo, la Guardia Civil informaba de una operación contra un presunto buscador de tesoros por un delito contra la Protección del Patrimonio Histórico acontecido precisamente en el subsuelo de Castrejón de Trabancos. A través de una denuncia de un ciudadano, se abría una investigación a una persona por extraer un total de 553 piezas arqueológicas de los yacimientos de la localidad.

Las piezas recuperadas eran diversa naturaleza y épocas, entre las que se encontraban puntas de flecha, botones, pinjantes, anillos, hebillas de cinturón, monedas, munición de avancarga, fíbulas... que abarcarían un arco temporal desde el 2500 antes de Cristo. hasta el siglo XVII, según el informe elaborado por los arqueólogos del Servicio Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, en cuya posesión están ahora las piezas intervenidas a la espera de la pertinente investigación judicial.

Aunque aún se desconoce la finalidad de la extracción de las 553 piezas, la Guardia Civil apunta a que pudieron ser sustraídas para coleccionismo o por el importante valor que estas pueden tener en el mercado negro. La investigación sobre el sospechoso comenzó en agosto del año pasado.