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La exhumación del pastor asesinado en Mojados que no podría ser contada con la ley de concordiaSon las diez de la mañana y el montón de tierra en el exterior del cementerio civil de Mojados ya va tomando forma de montaña. Entre la arena asoman algunas flores de plástico, que han acompañado durante décadas los restos mortales de Pedro de la ... Calle, víctima de la represión franquista. De la Calle, un pastor cuyo delito fue ser militante socialista, murió asesinado cuando solo tenía 48 años, ahorcado por unos falangistas en un pinar cercano, dejando una viuda y dos hijas huérfanas, que lo vieron por última vez cuando los pistoleros lo apresaban en su domicilio en agosto de 1936. Su familia lleva desde 2006 reclamando recuperar lo que queda de él en una fosa común ubicada en las afueras del camposanto de la localidad vallisoletana.
Desde primera hora de este lunes allí trabajan una decena de voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que se afanan en sacar toneladas de sedimentos para nivelar el terreno, el primer paso de un exhaustivo trabajo para poder recuperar los restos mortales del pastor. Su historia y su exhumación, la primera en Castilla y León desde que el ejecutivo autonómico presentase la futura ley de concordia, no podrían ser contadas si esta ya estuviera en vigor.
«No podríamos estar aquí ahora, no podríamos contar la historia de Pedro de la Calle Esteban, asesinado por falangistas que se ensañaron con él todo lo que quisieron. No podríamos decir que su hija quería recuperar los restos para enterrarlos con su madre, la viuda de Pedro», ejemplifica Marco González, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). El texto recoge la prohibición de revelar públicamente la identidad de las personas involucradas en estos procesos, sean verdugos, víctimas o familiares, una «censura», según la asociación, a la labor de las asociaciones que trabajan para recuperar la dignidad de los represaliados y reparar el dolor de las familias.
«El Ejecutivo nacional está dispuesto a dar la batalla en los Tribunales», ha asegurado Nicanor Sen, Delegado del Gobierno en Castilla y León, que ha vistado la zona de la exhumación junto al actual regidor de Mojados, Adolfo López (PSOE), para trasladar su agradecimiento a los miembros de la ARMH. Una batalla que ya adelantó el actual ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, que anunció el pasado lunes que llevarían la legislación autonómica ante el Constitucional.
Marco González
Vicepresidente ARMH
Ángela, su hija, solicitó en 2006 al Ayuntamiento de Mojados los medios necesarios para sacar a su padre del «cementerio pequeño», donde yace sin identificar y sin recibir santa sepultura. El Consistorio le negó toda posibilidad de reparación, pero su hijo, y nieto del represaliado, se encomendó a la ARMH a finales del año pasado para cumplir con la voluntad de su madre, quien ya no puede velar por ello, ya que falleció en 2008.
«La derecha en este país se piensa que esto se va a acabar cuando mueran los hijos e hijas, pero esto es un trauma que se transmite intergeneracionalmente», explica Marco, al frente de una asociación que nació hace 20 años de la búsqueda de una «auto-reparación» por parte de nietos y bisnietos de represaliados y que reclama al Estado que asuma su labor para que las familias no dependan de las políticas regionales: «Al final lo que están haciendo las víctimas del franquismo es buscarse la vida para recuperar a los suyos. Este nieto tendría que poder acudir a una oficina, tendría que tener un juzgado que moviese todo lo necesario y que viniese un equipo forense del Ministerio de Justicia».
A la espera de que todo eso llegue, dos voluntarios excavan bajo la dirección del arqueólogo de la ARHM, Serxio Castro, mientras otros cinco forman una cadena humana que rota cubos sin parar. Salen llenos de arena y vuelven vacíos al pequeño recinto, de unos 20 metros cuadrados, que recibe el nombre de cementerio civil, un eufemismo para referirse al «rincón de los desgraciados», como lo denomina uno de los integrantes, que explica que estos lugares son «el mayor desprecio a la vida y a la muerte».
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Óscar Rodríguez, sociólogo jubilado que se encarga de documentar con su cámara paso a paso cada exhumación desde hace 15 años, explica que en estas fosas es común encontrar restos óseos de bebés que no fueron bautizados, mientras dos compañeros sacan del sepulcro algunos pequeños huesos que no se corresponden con los de Pedro de la Calle y que volverán a depositar una vez finalice su trabajo. Sus restos mortales está previsto que afloren en un nivel más subterráneo.
La jornada ha sido larga y los voluntarios, que trabajan de sol a sol y muchas veces bocadillo en mano, han podido retirar las toneladas de arena acumuladas sobre la necrópolis improvisada. Al finalizar el día, más próspero de lo previsto, las palas han dado paso a herramientas más sofisticadas, con las que han descubierto la existencia de un exoesqueleto «bastante completo» que podría corresponderse con el del represaliado, aunque prefieren ser cautos. «Se han encontrado restos, pero mañana continuara su estudio y una búsqueda más exhaustiva en la zona», explica González, que coordina el proyecto.
La ARMH continuará los trabajos el miércoles para llevar a cabo un sondeo más profundo y descartar otros enterramientos. El siguiente paso será la extracción de los huesos para la realización de un estudio antropológico y pruebas genéticas que permitan confirmar su identidad. Pero todo apunta a que la familia de Pedro está más cerca de poder llevarle flores al mismo sepulcro en el que descansa su esposa.
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