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La escultura del obispo Barrientos, obra perteneciente a la Fundación Simón Ruiz y depositada en el Museo de las Ferias de Medina del Campo, formará parte del discurso expositivo de 'Lux' en la próxima edición de las Edades del Hombre. La escultura, que solo ha sido cedida en otra ocasión al Museo del Prado, estará expuesta en la Catedral de Burgos. Además de esta talla, Medina del Campo, habitual colaboradora con la cesión de diversas piezas para esta muestra, también aportará un cáliz de Lope de Barrientos, del siglo XV y elaborado en plata sobredorada y esmaltes.
La exposición de este año tendrá sedes en Burgos, Carrión de los Condes y Sahagún, y las dos piezas de la Fundación Simón Ruiz, según se anunció ayer en un acto organizado en el Museo de las Ferias de la localidad, se ubicarán en la Seo burgalesa, templo que este año conmemora su 800 aniversario.
El director de la Fundación Museo de las Ferias, Antonio Sánchez del Barrio, explicó que a lo largo del verano llegará alguna pieza al Museo procedente de Las Edades del Hombre y, con respecto a los ciclos expositivos del centro, avanzó que se presentarán haciéndolo coincidir con la celebración del Día de los Museos.
Fray Lope de Barrientos, obispo de Segovia, Ávila y Cuenca, nació en Medina del Campo hacia 1382. Fue consejero y canciller Mayor del Reino con Juan II, preceptor de Enrique IV durante su minoría de edad y responsable de la educación de la jovencísima infanta Isabel, la futura Isabel I de Castilla. La escultura, realizada por los Hermanos Coeman y datada a mediados del siglo XV, está realizada en alabastro y conserva gran parte de su policromía original.
Lope de Barrientos murió a edad muy avanzada y el rostro es un verdadero retrato, «posiblemente realizado a partir de una mascarilla funeraria en cera». El perro dormido a sus pies es una alegoría que simboliza la fidelidad de la persona representada.
Antes de morir, el obispo Barrientos encargó la construcción del Hospital de la Piedad en su villa natal, y dejó escrito en su testamento, redactado en 1454, el deseo de ser enterrado en medio de la capilla mayor de la iglesia, bajo esta escultura funeraria. Esta referencia ha llevado a los expertos a considerar esta obra como la más antigua representación en actitud orante de época tardogótica.
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