«Los alcaldes estaban centrados en la pandemia, en ayudar y proteger a sus vecinos, y no han podido hacer mucho con el tema de obras», justifica la diputada responsable del área de Asistencia y Cooperación a Municipios, Myriam Martín, sobre el retraso en la ... ejecución de varias obras previstas en los Planes Provinciales de Cooperación 2020-2021. Con la nueva convocatoria –la de 2022-2023– ya en marcha, aún están pendientes (sin concluir o sin empezar) el 40,4% de actuaciones del programa de la Diputación correspondiente a los años 2020-21. La mayoría –el 26,45%, 141 de las 533 totales– están a día de hoy ejecutándose y será cuestión de semanas que se concluyan.
Publicidad
Sin embargo, hay un capítulo que preocupa especialmente en el Palacio de Pimentel. Es el de las obras que ni siquiera se han empezado. El 13,9% –74– están pendientes de tramitación, de que la institución provincial las saque a licitación y una empresa se interese por acometerlas. Algo que, a juzgar por lo sucedido en los últimos meses, se antoja complicado.
El motivo –según explica la diputada– es la escasez de mano de obra. «Hay muchas empresas que no entran a licitación porque no tienen tiempo, hay tantas obras...», sostiene, al tiempo que matiza que los proyectos estaban diseñados antes de la covid y, ahora, «con la subida de las materias primas está un poco más complicado». «Pasaron muchos meses desde que se hicieron los proyectos hasta que se sacan a licitación. En algunos casos están por debajo del precio y cuesta más encontrar entidades que quieran entrar para hacer esas obras, pero sobre todo ese retraso se debe a que hay escasez, no hay mano de obra para trabajar en la construcción», añade la también teniente alcalde de Olmedo.
Pese a ello, Myriam Martín se muestra «contenta» por el impulso que se ha dado en los últimos meses al programa. El grueso –318, el 59,6%– está ya finiquitado y en tan solo seis meses, entre mayo y diciembre, se han rematado 113 obras. «Las que nos quedan intentaremos adjudicarlas cuanto antes, pero estamos satisfechos porque hemos avanzado mucho en estos meses», asegura.
Publicidad
Ya están pensando las localidades cuáles serán sus solicitudes de proyectos a realizar durante los dos próximos años en la siguiente convocatoria, y aunque antes de que finalice el año «deberían» estar todas las obras ejecutadas, Martín anticipa que la Diputación será «flexible». Antes o después se llevarán a cabo todas las actuaciones. «Es por condicionantes externos y se atenderán todas; seremos lo más rápido posibles», apunta la responsable de Cooperación a Municipios.
Insiste, del mismo modo, en que los pueblos 'rezagados' deben estar «tranquilos», pues «bajo ningún concepto» perderán las obras no completadas. «A no ser que renuncien a ello no lo pierden, porque ese dinero está asignado a ellos, no es como una subvención. Esa cantidad es para ellos y poco a poco vamos a ir sacándolo a licitación, pero son muchas obras, muchos pueblos, y no nos da tiempo a todo», señala.
Publicidad
Noticia Relacionada
Por otra parte, en cuanto a las paralizadas, «no sobresale» ninguna materia en concreto, pues la gran mayoría de peticiones de los municipios son reparaciones de edificios municipales y todo lo relacionado con las infraestructuras de agua y la pavimentación de sus calles. «De depuración hay muy poquito y por eso este año se han sacado y lo hemos metido dentro del plan de depuración;no tiene atractivo para los ayuntamientos en tenerlo dentro de los Planes», argumenta Martín.
Enmarcadas dentro del episodio de obras en ejecución se encuentran también aquellas que la Diputación delega en los consistorios y cuyo recorrido pierde de vista. Es el caso, por lo general, de localidades de gran tamaño como Tordesillas, Íscar o Tudela de Duero. «Piden la delegación para poder contratarlo ellos mismos porque es más rápido. Tienen sus propios arquitectos y lo vigilan ellos mismos; a nosotros nos hacen un favor porque sobre todo nos centramos en los más pequeños, que tienen menos medios y recursos», explica.
Publicidad
Uno de los municipios que está «a la espera» de noticias para poder acometer el «proyecto grande» que solicitaron en los Planes Provinciales 2020-2021 es Berrueces. Su alcalde, Diego Delgado, afirma que ni siquiera la han empezado. Consistía en la segunda fase de rehabilitación de la Plaza Mayor, mediante la cual iban a sustituir el asfalto y acerado y «meter tuberías nuevas de agua». «Nos han hecho unos presupuestos muy ajustados y no hemos encontrado empresario para hacerlo; se nota que hay falta de personal, porque para obras pequeñas buscamos y tampoco encontramos, está todo muy parado», indica. Una situación que detiene en seco cualquier intención de mejora en el municipio, pues «ha subido el precio de todo» y el Ayuntamiento deberá incrementar su aportación para poder llevarlo a cabo. «No haces nada más, por pequeño que sea, porque nos va a tocar poner más dinero, con lo que al principio nos asignaron no nos da para hacer toda la obra», sentencia, mientras asegura que «vamos a intentar hacerlo, sino es este año, en cuanto se pueda».
Faltan trabajadores en la construcción. «Como en otros sectores», matiza el presidente de la Asociación Vallisoletana de Empresarios de la Construcción, Alberto López. Es un problema que arrastran desde hace tiempo y que, según las estimaciones del sector, no se solventarán a corto o medio plazo. «A ver si para el año que viene puede retomarse la normalidad, aunque según están las cosas a día de hoy lo veo complicado», afirma el representante de la construcción, al tiempo que considera que, en cierto modo, esta situación se debe al «mal concepto» que existe en torno al sector. «Con la crisis de 2008 la construcción salió mal parada, y desde entonces arrastramos ese estigma que yo creo que no se corresponde con la realidad», apunta.
Cree que es una profesión «bien pagada», mejor incluso que otras a priori mejor valoradas como la hostelería, pero incide: «requiere esfuerzo». «Es dura en el sentido de que tienes que estar a la intemperie, pasando frío o calor, llueva o nieve, pero eso también se paga, aunque no todo el mundo está dispuesto a pasarlo y prefiere esperar a que le salga otra cosa», añade.
La realidad que atraviesa en la actualidad el sector ha sido la «tormenta perfecta», como se refiere López. A la escasez de trabajadores que tenía el sector desde hace tiempo, se une la «oleada» de demanda que se ha producido tras la pandemia. «Con la pandemia, la gente se dio cuenta de que tenía que hacer reformas y se ha notado», concluye.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.