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Óscar de Córdoba, zamorano de 44 años, tenía tan solo nueve cuando empezó a picarle el gusanillo de la tauromaquia. Estaba en las fiestas de 'su' Toro natal cuando su familia le llevó a una actividad taurina orientada exclusivamente a menores. «Fue mi primer contacto ... con los toros y desde entonces me ha encantado», reconoce este toresano, que trabaja en Valladolid.
Le gustan «tanto» los toros, en especial los encierros, que no se pierde ni uno. De hecho, calcula que en una temporada (entre mayo y septiembre, aproximadamente) puede llegar a asistir a más de 170 localidades no solo de Valladolid o Castilla y León, sino incluso a nivel nacional. «Cuéllar, Íscar, Beas de Segura, Pamplona... El listado de municipios es eterno, voy a muchísimos cada año, aunque depende de la disponibilidad que tenga en ese momento», admite.
Una situación similar, la de 'peregrinar' de pueblo en pueblo en busca de la adrenalina de esprintar delante de los astados, la experimenta el vallisoletano Carlos Herrera. Es más: hace coincidir sus vacaciones en el trabajo con la temporada alta de encierros. «Las cojo desde que empieza Cuéllar hasta lo que me da, finales de Tordesillas o un poquito más, para coger todas las fiestas: Medina, Nava, Cuéllar, Portillo, Arrabal, Tordesillas, Simancas, Laguna, Alaejos...», enumera en cuestión de segundos este lasecano de 43 años.
Pero, ¿puede cualquiera correr un encierro? Óscar de Córdoba y Carlos Herrera, habituales desde hace años en este tipo de festejos, dan una serie de claves sobre qué es imprescindible para poder ponerse delante de un astado y cuentan qué cualidades ha de tener un buen corredor.
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Correr delante de un astado no es tarea fácil y es fundamental tener una buena forma física para anticiparse a posibles imprevistos que puedan surgir. Óscar de Córdoba asegura que en su caso, antes de correr cada encierro, se prepara exclusivamente para ello. «Hay que tener una buena forma física. Es muy importante tener resistencia corriendo; yo me preparo series en la cinta antes de cada encierro, hay que coger velocidad, pero también es importante la fuerza», explica.
Por su parte, Carlos Herrera considera que este punto es «muy importante», aunque no decisivo. «Cada uno debe saber sus límites, y si no se ve preparado para ponerse justo delante del toro, pues te puedes poner más lejos y no pasa nada», afirma.
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Para realizar cualquier actividad física es importante llevar una indumentaria cómoda, más si se trata de una actividad que entraña riesgo como ponerse delante de un toro. Por ello, estos corredores experimentados aconsejan no llevar pantalones vaqueros (u otros similares que limiten los movimientos) ni tampoco cortos, siempre largos, para que en caso de posibles caídas la tela 'amortigüe' el golpe.
En cuanto a las zapatillas, nada de sandalias, chancletas o incluso botas. Correr con unas deportivas «siempre es mejor», coinciden.
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Como en cualquier ámbito de la vida, la experiencia es un grado. Por ello, creen que si a uno le gustan los toros y plantarse delante de ellos, lo mejor es ir al mayor número de festejos taurinos. «Te ayuda a quitar los nervios», dice De Córdoba. «Siempre es importante rodearse de corredores experimentados, que quizás saben mejor cómo reaccionar ante un imprevisto que alguien que acaba de empezar en el mundo», continúa Herrera.
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Es fundamental tener los cinco sentidos activos y estar en alerta tanto antes, durante como después del encierro. Es importante tener cuidado con los toros que van solos, tanto con el que se adelanta y embiste como con el que se rezaga y desorienta. «Hay que estar pendiente del entorno, de todo lo que pasa a tu alrededor. No está de más conocer bien el recorrido, tener una toma de contacto antes de cada carrera para visualizar posibles puntos de resguardo», coinciden.
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Cuidado con las caídas y con acercarse más de la cuenta a los toros. Quedarse quieto en el recorrido puede provocar accidentes. En lo relativo a los astados, De Córdoba destaca la importancia de comprobar su actitud y movimientos. Ahí proporcionarán pistas sobre cómo será la carrera o si algún animal puede desviarse de la manada. «Hay que fijarse en los movimientos de los animales, ver si giran o no la cabeza, si están distraídos... Tampoco hay que cruzarse ni pararse delante de ellos para evitar distraer a otros corredores», apunta.
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