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El cohete anunciador de las fiestas de Nuestra Señora y San Roque que cada 14 de agosto se lanza a las 12 del mediodía desde el Ayuntamiento, ante la expectación de cientos de personas que se congregan en la plaza de España de Peñafiel para ... asistir a este acto con el que comienzan las fiestas patronales, este año no ha resonado en la parcela del cielo que se proyecta sobre el corazón de la villa, como tampoco han volteado y repicado las campanas de la torre de la iglesia de Santa María invitando a la fiesta. Tampoco ha habido la multitud de otros años. Ni de lejos. Tan solo los vecinos y visitantes que disfrutaban de las terrazas de los bares del centro.
Aun así no ha faltado un recoleto homenaje brindado por un pequeño grupo de vecinos que al mediodía disfrutaban de una de las terrazas de un bar de la plaza.
A la hora en que otros años se desataba la euforia en el céntrico enclave, esta vez la alegría desatada de otras ocasiones se ha tornado emoción contenida, canalizada en un sereno brindis con el cava ofrecido por el establecimiento hostelero citado. Un brindis en el que las copas no se han entrechocado, se han levantado con un deseo compartido: que el año que viene las circunstancias sean tan distintas a las del presente que permitan que la vida retorne a la normalidad, normalidad de la que participa las queridas y deseadas fiestas de San Roque de Peñafiel. Se brinda para celebrar, se brinda para desear; para desear salud a todos.
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