La sede permanente de la Fundación Las Edades del Hombre, el monasterio de Santa María de Valbuena, ha acogido una nueva entrega de imágenes restauradas en los talleres que, para esa tarea de recuperación y rehabilitación, la citada fundación tiene en este monasterio cisterciense ubicado ... en Valbuena de Duero, exactamente en su pedanía de San Bernardo.
Publicidad
El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y el vicario general de la archidiócesis de Valladolid, Jesús Fernández, junto al gerente de Las Edades del Hombre, Julio César García, han presidido el acto de presentación y entrega de las cinco piezas de cinco localidades vallisoletanas que se han beneficiado durante el pasado año 2023 del convenio de colaboración entre la Fundación Las Edades del Hombre y la Diputación de Valladolid. Las 5 tallas regresarán a sus respectivos templos, como lo han hecho durante las últimas dos décadas -desde 2002- las otras 108 piezas que se han restaurado en los mismos talleres gracias al citado acuerdo entre ambas instituciones, y el cual ha permitido recuperar esculturas, lienzos, pinturas sobre tabla, murales, orfebrería, pasta o policromados de todas las zonas de la provincia y de distintos estilos, lo que muestra el rico patrimonio artístico y devocional de los pueblos de Valladolid, señalan desde la Diputación vallisoletana.
Conrado Íscar ha destacado el esfuerzo inversor que la Diputación de Valladolid está realizando en esta materia, señalando que «en los últimos cinco años, en los cuales he tenido el honor de presidir la Institución Provincial, el presupuesto anual destinado a este convenio de colaboración con Las Edades del Hombre se ha incrementado en un 67%, pasando de los 18.000 euros destinados en 2019, a los 30.000 euros consignados en los presupuestos del año que hemos comenzado». Asimismo, ha señalado que «aprovechar nuestro patrimonio es una oportunidad para impulsar nuestro turismo, nuestra actividad cultural y la vida en nuestros pueblos. Porque el patrimonio religioso de nuestros pueblos forma parte de su memoria, de su identidad. Ello supone siempre un sentido de pertenencia y de permanencia. Un sentido de orgullo de lo propio esencial para mantener el futuro de nuestro mundo rural».
Al acto han asistido también el delegado de patrimonio del arzobispado de Valladolid, Jesús García, y los alcaldes y párrocos de los municipios de donde proceden las esculturas. La alcaldesa de Valbuena, Eleazar Moro, ha ejercido de anfitriona del acto.
Publicidad
Las piezas objeto de intervención durante este 2023 son: un Cristo Crucificado de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, de Valdunquillo (una escultura en madera tallada y policromada, de autor anónimo y fechada a finales del siglo XVI o principios del siglo XVII); el Cristo del Socorro, de la parroquia de San Miguel Arcángel, de Villalbarba (escultura exenta en bulto redondo, de madera ensamblada, tallada y policromada, que tiene una función devocional y procesional, obra de autor anónimo de los siglos XIV y XV); Nuestra Señora de Rubialejos, de la ermita de su advocación, en Pesquera de Duero (talla anónima del siglo XVI realizada en madera tallada y policromada); San Antonio Abad, de la iglesia parroquial de Nuestra Señora, en Cubillas de Santa Marta (obra del escultor Pedro Bahamonde y del policromador Manuel Aparicio, fechada en 1735 y realizada en madera tallada y policromada); y la imagen de San Millán, de la iglesia parroquial de San Esteban, de Amusquillo (talla anónima del siglo XVIII, realizada como las anteriores en madera tallada y policromada).
Respecto a los trabajos que se han realizado en cada una de las tallas, la directora del Centro de Restauración de Las Edades del Hombre, Silvia Lorenzo, a grandes rasgos explica que «han sido un poco variados. Este año nos han venido cinco esculturas en madera policromada, así que, en ese sentido, bastante homogéneo; aunque luego cada una tiene su historia y sus patologías. Alguna que ha venido muy bien de policromía pero fallaba el soporte de madera, como el San Antón Abad -que estaba muy atacado por xilófagos y eso había hecho que perdiera algunos volúmenes-, y luego está San Millán, que le pasaba lo contrario, que de soporte estaba muy fuerte pero tenía problemas de desprendimiento de la policromía -se veía la madera y algunas zonas pintadas de negro-. En la Virgen de Pesquera la intervención ha ido sobre todo a eliminar la última intervención que había sufrido, que era un repinte del Niño y de la Virgen. El Cristo de Valdunquillo también tenía varios repintes, que se han eliminado, y también tenía unas zonas rotas y mal encoladas -vueltas a colocar y encolar correctamente-. Y el que más trabajo nos ha dado ha sido el Cristo de Villalbarba, que, a parte de tener muchas capas de policromía de distintas épocas, también estaba muy modificado, lo que ha sido un problema porque no sabías lo que te ibas a encontrar ni hasta dónde podíamos actuar; pero, bueno, el resultado ha sido satisfactorio para nosotros y creo que para el pueblo también».
Publicidad
Entre las sorpresas, siempre suele haber una, en esta ocasión Lorenzo cita «el caso de San Antón, de Cubillas de Santa Marta, que cuando nos acercamos vimos que en el libro que porta tenía escrito lo que al principio pensamos que eran unos grafitis a lápiz, y luego nos dimos cuenta de que no, de que era una fecha en la que se decía la fecha de elaboración, de 1735, y además pone: siendo cura Alonso Gil, que, según documentación de la época, era el cura de Cubillas de Santa Marta en ese momento. Coincide también con la fecha de realización del retablo, que se empezó en 1734; es un fechado totalmente original».
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.