Dos vacas enmaromadas ponen fin a las fiestas de Palazuelo de Vedija

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Como en las tres sueltas anteriores, el empresario César de Castro (Weimar Toros) presentó para el festejo dos vacas de gran bravura y excelente presencia, dando muy buen juego, con constantes y rapidísimas arrancadas del gusto de los aficionados y espectadores, con algún que otro buen susto. El presidente de la Asociación Taurina La Maroma, Rafael Irimia, desaconsejó que los aficionados realizasen cortes «por lo que sufren las vacas con los resbalones y caídas». En este sentido, señaló que «de lo que se trata es que vayan donde quieran y que la maroma solo sirva para llevarlas al sitio donde tienen que ir».

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El festejo fue seguido por el veterano vecino de 82 años José Fernández, quien recordó los años de su juventud en los que no había talanqueras y las vacas corrían por todas las calles del pueblo, «hasta que eran sacrificadas en el matadero y vendida su carne en los las dos carnicerías del pueblo, la de los Rojos y la de los Magines». Eran los años 60 del siglo XX, cuando Palazuelo tenía 1.000 habitantes y «venían muchos vecinos de los pueblos de la comarca a ver la vaca enmaromada, recordó.

El joven alcalde de la localidad, Magín Martín, manifestó su satisfacción por «el buen desarrollo de todas las actividades festivas, con mucha participación, en especial de los festejos taurinos, con muy buena aceptación de las novedades, como el concierto de Los Halcones».