El Dorado viaje a la capital de la Milla de Oro de la Ribera del Duero
Valbuena de Duero se posiciona como un referente enoturístico de la provincia con múltiples posibilidades y propuestas para disfrutar de experiencias únicas
Que uno de los vinos de la cúspide de la élite enológica mundial adopte el nombre de la localidad -donde se asienta la bodega que lo elabora, también en la cumbre más elevada de la enología mundial- es claro reflejo de que hablamos de un lugar, en la Ribera del Duero, de cuyo nombre nadie debe olvidarse. Es más, se debe tener siempre en mente, y de forma preferente, si lo que queremos es llegar a la cima de las experiencias enoturísticas.
Municipio referente y capital de la conocida como Milla de Oro de la Ribera del Duero, Valbuena de Duero lleva en el origen de su nombre la bondad del territorio por el que se expande, un universo donde, como constelaciones de una galaxia propia, una docena de bodegas brillan a través de sus fulgurantes estrellas, sus vinos.
Valle bueno, valle de bondad, generoso y fértil que se refleja en su nombre y que han heredado sus vecinos a través de su gentilicio: valisbolenses.
Fértil y generoso en múltiples opciones turísticas. El vino y su cultura establecen unas coordenadas precisas y preciosas en la bitácora, un libro de viajes al que tendremos que añadir hojas para reflejar las vivencias y aventuras por las que Valbuena de Duero y su pedanía de San Bernardo -pues no se entiende uno sin el otro- hacen navegar a quienes los visitan a través de su patrimonio arquitectónico, histórico, natural; a través de sus tradiciones, ritos y fiestas y de su gastronomía, sustentada en sus productos del campo, de proximidad. Las bodegas bajo cubierta de este particular Argo, que navega por aguas del Duero, están bien provistas de una rica gastronomía. Los `enonautas´ encontrarán en estas orillas su vellocino de oro personal, un preciado tesoro de experiencias que quedarán guardadas allí donde atesoramos las más intensas y mejores sensaciones.
Valbuena de Duero y San Bernardo: dos localidades, un todo turístico
Valbuena de Duero se ubica al este de la provincia de Valladolid y en el extremo oeste de la DO Ribera del Duero, en el margen derecho del gran río que vertebra la DO. Está integrada por diferentes núcleos como la pedanía de San Bernardo -localidad de colonización surgida a mediados del siglo XX junto al monasterio cisterciense de Santa María de Valbuena- y las fincas de los Jaramieles, Monte Alto, San Román y Vega Sicilia. Casi 50 kilómetros cuadrados donde la vida se despereza cada mañana a pie de campo, con la agricultura; a pie de viña y bodega, con la elaboración de grandes vinos y el turismo enológico; y a pie de mesa, o, mejor dicho sentado junto a ella, pues la hostelería y restauración son otro de los pilares de la dinámica economía valisbolense, un tipo de restauración donde se encuentran armonizadas tradición y modernidad. El hospedaje muestra la solidez de las columnas góticas que hasta hoy mantienen en pie el monasterio de Santa María de Valbuena, en el que entre sus muros -sede permanente de la Fundación las Edades del Hombre -visitable- abre sus instalaciones un hotel balneario de altísimas prestaciones. La espectacular iglesia de este monasterio, de un gótico contundente, es la que celebra más bodas de la provincia vallisoletana. Su belleza enamora. Proponer su visita solo admite una respuesta: un sí quiero.
Mucho arte y cultura se abre paso a este margen del Duero con el citado monasterio como máximo exponente. Impecable, completamente restaurado, ubicado en la pedanía de San Bernardo, fue fundado en 1143 por doña Estefanía de Armengol, hija de Armengol V, conde de Urgel, y nieta del conde Ansúrez. Cenobio que nació benedictino y, en tan solo 8 años, cambió de orden, a la cisterciense.
En la actualidad el complejo monástico es la sede permanente de la Fundación Edades del Hombre, donde ésta tiene el taller de restauración de algunas de las piezas de sus magnas exposiciones y donde también realiza exposiciones temporales. Igualmente, Castilla Termal gestiona en sus dependencias un hotel balneario de alto standing.
San Bernardo bien merece, también, un reposado paseo por sus calles para contemplar la arquitectura colonial de esta pedanía que se construyó en los años 50 del siglo XX -por parte del Instituto Nacional de Colonización- y se repobló con colonos de Santa María del Poyos -Guadalajara-, desalojados de esa localidad por la construcción del embalse de Buendía. Vecinos de Valbuena también se trasladaron a esta pedanía para poblarla.
En Valbuena de Duero encontramos la pequeña iglesia del Santa María del Castillo, a cuyos pies se adosa un arco almenado por el que se accede a al Plaza Mayor. Es una pequeña joya que ocupa el espacio que en su día llenó el palacio o castillo que estaba adosado a la antigua muralla medieval, de la que formó parte el citado arco. Es un coqueto templo renacentista del siglo XVI que conserva vestigios del XII. De especial belleza es la capilla del Cristo de Miravalles, donde se puede contemplar una imagen del mismo nombre, del siglo XVI, rodeada de frescos, de pinturas murales recuperadas recientemente, en la última restauración de la iglesia.
La ermita de San Roque, lagares y tradicionales, un chozo de pastor, la muralla medieval del monasterio y parte de un antiguo molino -restaurado- son paso imprescindible de cualquier viajero inquieto. El citado molino, además, es la puerta de entrada a un lugar que tampoco se ha de olvidar, el parque de La Isla. Pegadito al Duero y a una gran pesquera, en él se puede disfrutar de naturaleza fluvial, perfectamente acondicionado, y acceder al río desde diferentes puntos para darse un cahpuzón refrescante o para practicar piragüismo, por citar un par de ejemplos. En este parque tiene lugar, a finales de julio, uno de los mercados medievales más singulares de los que se celebran, por tener lugar en plena naturaleza. Aprovechando este mercado de productos artesanos, también se recrea la historia del municipio, de su fundación y la del monasterio de Santa María de Valbuena.
El entorno natural arropado por la bonanza del valle del Duero, nos propone un perfecto matrimonio con la naturaleza sellado con el Anillo del Duero. Sus rutas conectan Valbuena de Duero con San Bernardo, tanto por el monte como por la ribera del río. Recorridos en forma circular de gran belleza natural y artística que se complementan con otros recursos turísticos como hoteles y alojamientos rurales, hostelería y bodegas. Al Anillo del Duero se suman otros trayectos para senderismo y montar en bicicleta; son los senderos del Mirador, de la Sabina y de la Fuente de Santiago. La Senda del Duero también discurre a lo largo de ambas localidades, conectándolas con otras poblaciones situadas arriba y abajo del Duero por un camino dotado de puestos de pescadores, zonas de descanso, pasarelas de sorprendente arquitectura y diseño y de diferentes especies de plantas debidamente identificadas.
Un amplia red de caminos trazan una red de recorridos para descubrir paisajes sorprendentes y rincones mágicos. A pie, en bici, a caballo o en todo terreno las posibilidades son múltiples, variadas y para diferente tipo de usuario.
Fiestas y tradiciones
El calendario festivo empieza a desplegarse pronto, el 23 de enero, con la tradicional festividad de San Sebastián, que se acompaña con diferentes actividades de ocio. La tradición de los quintos se mantiene, y, ya en verano, cientos de personas disfrutan de la Feria Medieval en la Naturaleza a finales de julio. Las fiestas grandes son en agosto, cuando tienen lugar las Fiestas de Nuestra Señora y San Roque, en las cuales tiene lugar un ritual único: El Carro de Leña.

Se trata de una costumbre que recuerda al periodo de peste que azotó España en el XVII. En ese contexto, para purificar la población de la enfermedad, se prendía una gran hoguera con leña de enebro en la plaza del pueblo. Se iba al monte a recogerla y se trasladaba al pueblo en un carro de mulas. A partir de la media noche se encendía la hoguera al creerse que el cuerpo humano era más vulnerable a las enfermedades por la bajada de temperaturas de las frescas noches de agosto. El humo era el elemento purificador que se extendía entre las casas. Durante el traslado del carro cargado de leña a la población, se hacía una parada a su entrada, en la ermita de San Roque, donde estaban aislados los enfermos de peste. Se les rezaba un padrenuestro y se retomaba la marcha. Ahora se repite el ritual pero ya con un tono festivo y masiva afluencia. La hoguera se prende a la media noche de los días del 15 al 16 agosto, y continúa una fiesta que ya empieza a desbordarse en el monte donde se desplazan, en multitud, vecinos y visitantes.
De la siguiente festividad están a tiempo de participar este año. Del 30 de septiembre al 2 de octubre se desarrollarán las Fiestas Patronales de Nuestra Señora del Rosario, con actividades para todos los público. Concursos, talleres, juegos autóctonos, verbenas, paella popular, y, además, los niños tendrán su particular fiesta de la vendimia en la que pisarán la uva y probarán el mosto resultante. Sin duda una actividad ideal en este momento cuando toda la Ribera está en plena vendimia.
En la localidad pedánea de San Bernardo encontramos dos fiestas muy destacables. La primera tiene lugar el segundo sábado de julio con motivo del nacimiento del pueblo, el cual se construyó hace 66 años en torno al monasterio de Santa María de Valbuena. La segunda festividad es el 20 de agosto en honor a San Bernardo.
Y como una fiesta, pero del deporte, se vive la Triatlón Bodegas de Valbuena y San Bernardo, evento deportivo que tiene lugar el tercer sábado del mes de septiembre.
Todas estas fiestas son un buen momento para acercarse a disfrutar de un gran ambiente, de atractivas actividades, de la hospitalidad de los vecinos y de un entorno que ofrece múltiples posibilidades de ocio y disfrute.
Turismo cercano y con amplia oferta hotelera y sabrosa propuesta hostelera
Valbuena de Duero pertenece a la provincia de Valladolid. Situada a 40 kilómetros de Valladolid y a 190 de Madrid, es el epicentro de la conocida como Milla de Oro de la Ribera del Duero, DO en la que se integra y de la que es un referente.
En San Bernardo pueden alojarse en el hotel balneario Castilla Termal Monasterio de de Valbuena, así como en la casa rural Entreviñas. Y en Valbuena pueden hacer lo propio en el Hotel Rural Emina o en la Posada la Casona. Todos ellos alojamientos con mucho encanto y para diferente tipo de bolsillo.
Para comer rico y bien, disponen también de varios y variados establecimientos, como son los dos espacios gastronómicos del hotel del monasterio y los restaurantes La Espadaña, Mesón de Castilla, Casa Paca, La Casona de Valbuena y el Restaurante Bar Paco.
En cuanto a bodegas, además de la mítica Vega Sicilia, en su término municipal se asientan otras diez más de recocido prestigio: Baden Numen, Emina -con su propio museo del vino-, Matarromera, Monte Baco, Pagos de Mogar, Lleiroso, Valdebodega, Tinto Carme, La Alondra y Pinea del Duero. Un abanico de elaboradoras de excelentes vinos y de muy recomendable visita.
El valle bueno que acoge a Valbuena de Duero y San Bernardo ofrece un dorado sueño que replica el recorrido del sol reflejado en las aguas del Duero. Un viaje que es oro puro por la milla más famosa de la Ribera,
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