A la izquierda, imagen de la calle Alfredo Martín un año después del doble crimen. A la derecha, presencia de guardias civiles y sanitarios durante el atrincheramiento de 'El Chiqui'. R. Jiménez/J. C. Castillo
Valladolid

El doble crimen que sobrecogió Santovenia hace un año: «Queremos pasar página»

La nueva alcaldesa asegura que los problemas de okupación en el inmueble donde hace un año 'El Chiqui' mató a un vecino y un guardia civil están resueltos

Álvaro Muñoz

Valladolid

Lunes, 3 de julio 2023, 13:33

Las dos banderas de España y otra del Real Valladolid, un año después, siguen colgadas de los mismos balcones de la calle Alfredo Martín de Santovenia de Pisuerga. Tal vez un poco más deslucidas por aquello de los efectos del sol. Permanecen inmóviles en los ... mismo puntos desde hace un año, cuando esa vía y toda la localidad enmudecían durante las doce horas en las que Pablo Antonio Santamaría Herranz, alias 'El Chiqui', sembró el terror al matar, presuntamente, a su vecino Dionisio Alonso Pardo, al que retuvo en su domicilio, y al teniente coronel Pedro Alfonso Casado, a este último después de atrincherarse en un bajo del número 8 de esa calle. El agente fallecido había intentado negociar con el secuestrador durante varias horas.

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Ese 1 de julio de 2022 Santovenia se sumía en el silencio. Y así sigue un año después. El mutismo sigue marcando el ambiente del municipio. Nadie quiere recordar los hechos de esas doce horas de tensión, muerte y desolación. De hecho, la sola presencia de una cámara fotográfica despierta recelo entre los vecinos de Alfredo Martín, los mismos que hace un año tuvieron que ser evacuados de sus domicilios después de que en esa madrugada 'El Chiqui' disparase contra Dionisio. Horas más tarde, un disparo desde la casa en la que estaba escondido acabara también con la vida de Pedro Alfonso Casado.

Los vecinos de la zona no querían pronunciarse públicamente y 365 días después, la estampa se repite. Tan solo la nueva alcaldesa de Santovenia, Toñi López, resume el sentir del pueblo. «Queremos olvidarlo. Para pasar página hay que olvidarlo. Somos un pueblo unido. Hemos salido de eso y vamos a tirar hacia adelante», recalca López sobre el estado anímico de los vecinos.

«Es un tema del que nadie quiere hablar. Cuando ocurre una desgracia de este tipo, se lleva el duelo desde dentro. Pedimos a los medios de comunicación que nos dejéis seguir adelante porque queremos continuar con nuestras vidas», incide la regidora.

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Como sucedió después de las dos muertes con arma de fuego, la presencia de la Guardia Civil se intensificó. Había miedo de represalias en la zona y cada poco tiempo los agentes se acercaban hasta la localidad para controlar, precisamente, ese número 8 de la calle Alfredo Martín. Porque desde entonces no ha habido incidentes. Uno de los vecinos, que declina desvelar su identidad, asegura que «se ve muy poco a las dos familias implicadas». «Estamos más tranquilos», añade mientras abandona la vía pública.

Presencia de la Guardia Civil

Y así es. El Instituto Armado patrulla con asiduidad la zona, según detalla la alcaldesa, para velar por una paz que se resquebrajó en esa madrugada y mañana de primeros de julio. «El pueblo está tranquilo y contento. Tenemos mucha presencia de la Guardia Civil, que eso siempre tranquiliza. Cualquier problemilla, llamamos y vienen rápidamente. Éramos un pueblo tranquilo hasta que sucedió este desafortunado incidente y desde entonces no hemos tenido más problemas», remarca Toñi López.

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Y esa tranquilidad a la que hacen referencia vecinos y alcaldesa, arropada por el equipo de Gobierno de Santovenia, se plasma en la desaparición de los problemas de okupación que derivaron en el doble crimen de la calle Alfredo Martín. La historia de esos inmuebles se remonta a 2008, en el inicio de la crisis del ladrillo y con los precios de la vivienda disparados. Eso propició que muchos vallisoletanos empezaran a otear la opción de trasladarse al alfoz, concretamente a Santovenia de Pisuerga, para esquivar una adquisición que en la capital era impensable. Sus precios rondaban los 180.000 euros, cantidad «inalcanzable ahora mismo por la fama que tiene la calle». En ese 2008, los pisos de los once bloques se vendieron de una forma continuada, con la salvedad del número 8. Es el último de la calle, y de las 16 viviendas se compraron solo cinco. Las once restantes permanecieron okupadas ilegalmente hasta las muertes de Dionisio Alonso y el teniente coronel Pedro Alfonso Casado, a pesar de los intentos pacíficos de desokupación de una plataforma creada en la localidad para lograr tal fin.

«Ahora hay algún alquiler social y no hay problemas de okupación. Hemos tenido ayuda de un grupo de vecinos que dieron la cara, salieron a la calle y lo afrontaron con valentía. Siguen siendo nuestros ojos, oídos y nuestros guardianes. Gracias a ellos Santovenia es más tranquila», concluye la regidora.

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