Laura Martín García.
Valladolid

Diez años sin la sonrisa de Laura

La joven de Campaspero falleció el 17 de febrero de 2012 víctima del cáncer. Este jueves se celebrará una misa en su recuerdo

b. m. c.

Miércoles, 16 de febrero 2022, 12:08

Hay heridas que el tiempo no cura, hay vacíos que con nada se llenan, hay fechas que no se pueden olvidar. La muerte de la joven Laura Martín García, con solo 32 años, el 17 de febrero de 2012 será recordada como uno de los ... acontecimientos más triste que ha vivido Campaspero este siglo.

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Fue hace diez años cuando Laura se despidió de los suyos después de que la diagnosticaran un melanoma –el tipo más grave de cáncer de piel–, que finalmente acabó de manera precipitada con su vida. Cientos de personas se dieron cita en uno de los funerales más multitudinarios que se recuerdan en la localidad vallisoletana.

Este jueves, 3.651 días después, sus padres, Mariano Martín y María Jesús García, y sus hermanos, María, Ana y Diego, quieren recordarla de una manera especial. «No nos olvidamos de ella ni un solo día. Fue capaz de sobrellevar dos años de tratamientos y dolores con una actitud envidiable. Sin miedo», asegura su hermana María.

La imagen de Laura «con su maravillosa sonrisa» preside el bar Las Kepchup de Campaspero, donde trabajó hasta que la enfermedad se lo impidió. «Para ser feliz hay que saber vivir el presente», era el lema de esta joven que animaba a su familia a seguir «disfrutando de la vida, a decirse más a menudo te quiero y a no enfadarse» cuando ella ya no estuviera presente.

Imagen de Laura, en una de las paredes del bar Las Kepchup de Campaspero, con la frase «Qué bonito es saber que siempre estás aquí».

Se fue antes de tiempo. Laura no pudo de cumplir su sueño de conocer mundo. «Habíamos planeado un viaje a Argentina, que finalmente no pudo ser», recuerda María, que asegura que «Laura no solo era mi hermana, era mi mejor amiga, mi compañera de vida y de trabajo. Lo compartíamos todo». «La vida para mí se detuvo cuando me enfrenté cara a cara con su partida, nuestras manos no querían soltarse».

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Fue una despedida muy dolorosa, pero esta familia de Campaspero considera que los 32 años que pudieron disfrutar de la vitalidad de Laura fueron un «regalo». «Ella nos ha enseñado qué es el amor puro y verdadero, nos ha hecho perder el miedo a la muerte. Y hemos aprendido que el cáncer, esa maldita palabra de seis letras, es una lucha de todos».

*Este jueves, a las 19.00 horas, en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Campaspero, se celebrará una misa en recuerdo de Laura.

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