La denunciante apunta a dos agresores y sitúa su violación en las fiestas de La Cistérniga

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Valladolid

Una joven denuncia su violación hace un año en La Cistérniga y la difusión a través de páginas porno

J. Sanz

«Hay varias imágenes en las que ella asegura que se reconoce, pero en las que no parece claro, y lo que se está tratando es de aclarar lo máximo posible si es así o no con la propia víctima para proseguir con la investigación ante unos hechos que evidentemente son muy graves de confirmarse», apuntó el subdelegado del Gobierno, Emilio Álvarez, quien reconoció que inicialmente carecen de más información por ahora sobre lo que pudo ocurrir hace más de un año, cuando la propia víctima asegura, y así lo transmitió en su denuncia formal, que fue «drogada y violada de las maneras más asquerosas y denigrantes». Las imágenes de aquella agresión, siguiendo con el relato de la joven, fueron subidas posteriormente a «páginas porno», aunque ella misma matizó que habían borrado las imágenes en las que se veía su cara.

La joven, en cualquier caso, asegura que sí se reconoce en algunos fotogramas de dichos vídeos, que aún no ha aportado, aunque sí algunas capturas de los mismos. Ella misma llegó a publicar inicialmente algunas de esas capturas en su cuenta de Instagram (cerrada desde este martes), en la que denunció públicamente los hechos y pidió colaboración para localizar los vídeos originales en las que podría llegar a ser identificada. La denunciante, según confirmaron fuentes de la investigación, sitúa los hechos en torno a las fiestas de La Cistérniga del año pasado en un local (privado) de la localidad y a dos agresores, de los que habría aportado algunos datos, como autores de la violación.

«La investigación está abierta, como no podía ser de otra manera, y los agentes están intentando aclarar todos los extremos de la denuncia con la propia víctima para continuar con la misma», incidió el subdelegado del Gobierno, quien confirmó que la propia víctima sitúa los hechos hace más de un año y es ella también la que afirma que se reconoce en vídeos subidos a páginas porno que «cree que han sido borrados».

Los hechos, al margen, incluso, de la posible agresión sexual, podrían ser investigados como un delito de revelación de secretos, castigado con penas de prisión de tres meses a un año. Eso como mínimo sí se demuestra la existencia de esos vídeos. La violación en sí está castigada con penas de hasta quince años si hay más de un agresor, como sería el caso relatado por la víctima.