J. S. y S. F.
Valladolid
Martes, 22 de diciembre 2020, 13:15
Los agentes realizaban una patrulla rutinaria de madrugada por las calles desiertas de La Cistérniga, en pleno toque de queda, cuando escucharon «música a todo volumen» que minutos después consiguieron localizar en el interior de una bodega particular. Así que abrieron la puerta ... y en el interior del local se encontraron con un nutrido grupo de jóvenes, en su mayoría universitarios de en torno a veinte años, aunque había algún menor de 17, que estaban celebrando una fiesta saltándose tanto el toque de queda como el número de personas autorizadas, que triplicaban con creces, y cualquier medida de seguridad en cuanto a distancias y uso de mascarillas.
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Los hechos ocurrieron a las dos y media de la mañana del pasado sábado en una bodega privada de La Cistérniga. Allí los guardias civiles procedieron inicialmente a identificar a todos los presentes para proceder a tramitar las correspondientes sanciones, como mínimo, por superar el número máximo permitido de personas en una reunión (seis) y no llevar mascarillas. Solo la primera multa podría superar los tres mil euros y la segunda es de cien. Pero lo más sorprendente del hallazgo de la fiesta ilegal no fue tanto el número de jóvenes presentes, veinte con edades comprendidas entre los 17 y los 24 años –la mayoría eran de 20 y 21–, sino su procedencia. «Había algunos jóvenes residentes en La Cistérniga, pero más de la mitad habían llegado de puntos tan dispares de la provincia como la capital, Laguna de Duero, Aldeamayor de San Martín o la comarca de Medina del Campo», resumen fuentes de la Benemérita antes de aclarar que los jóvenes, en principio, no podrían ser multados por incumplir el toque de queda en cuanto a movilidad al no haber sido sorprendidos en un desplazamiento entre las 22:00 y las 6:00 horas. Cuatro de los presentes, eso sí, se llevaron además otras tantas denuncias por desobediencia (601 euros) al negarse a identificarse cuando fueron requeridos para tal fin.
La alcaldesa, Patricia González, condenó la celebración de este tipo de fiestas ilegales y lamentó que son «actitudes irresponsables e incívicas que nos perjudican a todos, no solo a los implicados, que se están saltando la ley y parece que piensan que a ellos no les va afectar». La regidora aclaró que las posibles sanciones, aún sin tramitar, pueden oscilar «entre tres mil y sesenta mil euros».
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