La batida para buscar al anciano desaparecido hace cinco días en Tordesillas concluye sin éxito

«Aquí venimos todos a ayudar y ojalá podamos aportar algo y localizar a Teodoro», coincidían en señalar las decenas de vecinos y voluntarios congregados a las nueve de la mañana en la Plaza Mayor de Tordesillas para iniciar las labores de búsqueda. Entre los rastreadores se encontraban miembros de los equipos de Protección Civil de numerosos municipios de la provincia y voluntarios de Cruz Roja, además de los agentes de la Guardia Civil que lideraron los cinco equipos de búsqueda que están repartidos por los parajes de la Vega y las riberas del Duero en busca de algún indicio que permita localizar al vecino desaparecido.

«No se trata de ir rápido sino de hacerlo bien, de ir despacio y de hacer una batida en línea y avisar de cualquier indicio al agente encargado de cada grupo», explicaba mientras se formaban los grupos, plano en mano, el responsable del dispositivo. «La verdad es que han estado con perros adiestrados, buzos e, incluso, un helicóptero buscando a Teodoro y no han podido encontrar nada », ha lamentado el alcalde, Miguel Ángel Oliveira, antes de aclarar que la pista inicial que situaba al desaparecido en Valladolid resultó ser infructuosa. «Se han mirado cámaras, autobuses, taxis... Y nada».

Así que decenas de personas han peinado palmo a palmo el entorno de Tordesillas, entre pinares, acequias, pozos y riberas, en busca de algún rastro de un hombre de 95 años que, pese a su edad, «hace una vida normal, vive solo, con la ayuda de una mujer en las labores del hogar y las visitas continuas de sus hijas», según ha destacado su nieto antes de incidir en que el hombre «salía habitualmente a pasear». Algunos de los voluntarios reconocían a su regreso que no había «podido encontrar absolutamente nada».

Teodoro Sánchez Bravo, de 95 años, fue visto por última vez el lunes en su domicilio. A la mañana siguiente se había esfumado. El hombre mide 1,60 metros y pesa 60 kilos. Su pelo es corto y canoso, sus ojos son marrones y es de constitución delgada. La familia ha explicado que habitualmente sale a pasear con «un sombrero de paja azul con una franja verde».