Valladolid
El cuadro de Medina de Rioseco que conquisó a Carmen ThyssenValladolid
El cuadro de Medina de Rioseco que conquisó a Carmen ThyssenAquel año 1996, Carmen Cervera quedó prendada de una espectacular imagen de Medina de Rioseco. La baronera Thyssen-Bornemisza había emprendido en esa fecha una importante adquisición de fondos para enriquecer su colección particular con obras de grandes maestros españoles. Acudía a subastas de ... arte, alentaba a un equipo activo de colaboradores que rastreaban ferias y mercados, mantenía el ojo atento a cualquier movimiento que pudiera ser interesante en torno a cuadros que eran de su interés.
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Y entre ellos, estaba una espectacular recreación de la capilla de los Benavente, la impresionante joya que alumbra la iglesia de Santa María de Mediavilla, en Medina de Rioseco. La capilla sixtina de Valladolid, dice de ella la sabiduría popular. Un singular ejemplo de la arquitectura religiosa castellana del siglo XVI (su construcción se inició el 21 de marzo de 1544), cuya «abrumadora profusión decorativa» debió deslumbrar a Isabel II, quien después de conocer la capilla, encargó su reproducción al pintor Genero PérezVillaamil (Ferrol, 1807-Madrid, 1854).
En 1842, el artista pintó un cuadro que Carmen Thyseen descubrió siglo y medio después. El 21 de mayo de 1996, lo compró en la subasta 309 de la casa Durán, enMadrid.Formaba parte del lote 157. A partir de ese día, pasó a formar parte de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Y desde 2011 se exhibe en un lugar privilegiado de su museo que en el corazón de Málaga. Se expone en la primera planta de la colección permanente, dedicada al costumbrismo y el paisaje romántico.
«Es una de las primeras obras que se encuentra el visitante en su recorrido por el museo. Y ejemplifica, dentro de la colección, la poética romántica sobre los monumentos españoles, de la que Villaamil fue intérprete fundamental, siguiendo el ejemplo de David Roberts», expican los responsables del museo malagueño.
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Pérez Villaamil, primer catedrático de Paisaje de la Academia de San Fernando, fue uno de los grandes paisajistas románticos españoles y se convirtió «en el principal difusor de las bellezas naturales y monumentales de España en la primera mitad del siglo XIX, dentro y fuera del país». Entre esas bellezas estaba, sin duda, la capilla de los Benavente de Medina de Rioseco. Cualquiera que la conozca, comprobará que no se trata de un calco, una réplica, una traslación fiel al lienzo de la realidad.
«Los artistas románticos, lejos de limitarse a la reproducción objetiva de su fisonomía, no dudaron en transformarlos con apasionada fantasía para aumentar sus proporciones, la brillantez de su cromatismo o el abarrocamiento de su decoración, hasta extremos que, a veces, apenas los hacen reconocibles», asegura JoséLuis Díez, el experto que ha analizado la obra para la colecciónThyssen-Bornemisza. Recuerda, además, que Pérez Villaamil intentó recoger la riqueza ornamental del tesoro riosecano con una vista tomada desde el ábside, en dirección a la puerta de acceso. El pintor «extremó los efectos de las perspectivas, el cromatismo de las pinturas, el tono dorado de las esculturas y la profusión ormanetal» y además, empleó una técnica con «grumos de gran riqueza matérica para sugerir los relieves».
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El óleo sobre lienzo (de 96x112 centímetros) está firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.Pone G.P. Villaamil-1842. Pero no hay un rastro claro de esta fecha. «Algunos descuidos de dibujo y cierta parquedad técnica en algunas zonas parecen confirmar que se trata de una primera versión del lienzo pintado en 1847 y adquirido por la reina Isabel II un año después por 24.000 reales». Por eso, el experto entiende que más que en 1842, la ejecución de este cuadro pudo hacerse entre 1845 y 1847, cuando el artista acometió varios cuadros para Palacio.
¿Ydónde estuvo antes este cuadro? José Luis Díez aventura que esta versión puedo ser un ejemplar que conservó el propio artista y que heredaron sus descendientes hasta 1936. Después, se puso a la venta. Salió por primera vez a subasta en 1971. Se vendió de nuevo en 1986. Ydiez años después fue cuando Carmen Thyssen se hizo con este óleo que recrea uno de los grandes tesoros de la provincia de Valladolid, la capilla de los Benavente de Rioseco, una de las joyas del Museo Thyssen-Bornemisza de Málaga.
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