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Una de las principales funciones de las cofradías de la centenaria Semana Santa de Medina de Rioseco es la conservación de sus pasos procesionales, ya ... no solo de sus bellas y artísticas esculturas, muchas de ellas de los siglos XVI al XVIII, sino también de otros elementos, como son sus andas, faroles, iluminación o argollas. Unas labores de conservación que durante estos días está llevando a cabo la Hermandad de la Crucifixión del Señor, conocida popularmente como el Longinos, que está restaurando las andas del paso, conocidas en Rioseco como tablero.
La intervención ha venido motivada «por el mal estado de las dos vigas laterales provocado por la acción de las horquillas sobre las que descansa el paso en su recorrido procesional», según explicó el presidente de la hermandad, Javier Ubal, quien señaló que «era una necesidad ya que las horquillas se van comiendo la madera, en especial en los relevos al horquillarse fuera de los tacos».
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Tras ser elevado el paso sobre unos bidones en un momento que congregó a numerosos hermanos, el escultor riosecano Ángel Martín está siendo el encargado de realizar una intervención en la que, después de rebajar la zona afectada, ha incorporado una pieza de madera de roble, de gran dureza. Además, se han modificado los anclajes donde se colocan los tacos de madera que sirven para tallar a los cofrades que van a portar el paso en los dos lados. Para ello, se ha instalado un sistema individual más efectivo con durmientes de acero para cada tornillo evitando las pletinas. El trabajo finalizará con el tintado que imite el color del tablero, a la vez que se aplicará un protector con el fin de que la pintura no manche las túnicas de los cofrades que llevan el paso. La intervención ha servido también para que se realizara en el tablero un tratamiento antixilófago de forma preventiva. En su larga trayectoria profesional, Ángel Martín, como es seguro que ya hicieran los entalladores de otros siglos, ha realizado en la Semana Santa de Medina de Rioseco los tableros de los pasos procesionales de La Oración del Huerto, el Ecce Homo, Cristo de la Paz, Cristo de los Afligidos, Santa Verónica y La Piedad.
El actual tablero de la Crucifixión del Señor posesionó por primera vez en 1930, más robusto que el anterior, y sin la pequeña balconada de celosía que rodeaba al conjunto como aparece en las fotografías de principios de siglo. Hasta la actualidad se han llevado a cabo diferentes actuaciones, las más recientes anteriores a la actual fueron en 1998, en la que se lleva a cabo el arreglo de los laterales del tablero incluidos los palos, y en 2016, cuando se procede nuevamente a la restauración de algunos tramos de los laterales y de la Cruz, en unos trabajos que fueron realizados por el hermano José Moras Abril.
Este paso de la Crucifixión del Señor, junto al del Descendimiento, conocidos como los Pasos Grandes, se halla en la capilla que para ellos realizó en 1664 la Cofradía de la Quinta Angustia y Soledad, de la que proceden sus respectivas hermandades. Con una subvención de la Diputación de Valladolid para conservación y reparación de iglesias y ermitas con aportación del Ayuntamiento se va a llevar a cabo la rehabilitación de la cubierta de la capilla con el fin de solucionar el problema de humedades existente.
El monumental paso de de la Crucifixión del Señor de Medina de Rioseco representa el momento en el que Jesús es atravesado por la lanza del oficial romano Longinos montado a caballo ante la mirada desgarrada de la Virgen María, acompañada por María Magdalena y San Juan, el evangelista, el mozo de riendas cubriéndose el rostro y dos sayones con lanza.
Fue encargado a Andrés de Olivares Pesquera, en 1673, por la Cofradía de la Quinta Angustia, quien hizo las figuras de Cristo, Longinos a caballo, María, María Magdalena, San Juan y mozo. Con posterioridad el cabildo encargó a Francisco Díez de Tudanca la valoración y posterior reforma en 1675, aunque Olivares fue obligado a realizar varias modificaciones en el paso. Tudanca recompuso las figuras y añadió un soldado. La cofradía contrató a Tomás de Sierra, en 1696, para que aligerara, diera forma a las piezas, sustituyera a la Virgen María, María Magdalena y a San Juan y añadiera a la composición, fuera de contrato, otro sayón. Cada Viernes Santo, este impresionante conjuntos escultórico sale al corro de San María al son de la Marcha Fúnebre a la Muerte del General O´Donnell, conocida como La Lágrima, en uno de los momentos más emocionantes de la Semana Santa riosecana.
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