Secciones
Servicios
Destacamos
Aunque la tradición manda que se lancen al aire tres cohetes, secuenciados en el tiempo, para avisar del inicio del encierro campero en La Parrilla, la realidad, tan inflexible, ha impuesto un nuevo sonido que avisa, fielmente, de la llegaba de équidos y bóvidos a ... los alrededores de la población: el zumbido de decenas de motos, quads y todoterrenos que, a los hechos hay que remitirse, campan a sus anchas en los parajes de Arenas Bajas, un pinar exigente para la movilidad.
Dos guardias civiles, como convidados de piedra, contemplan el panorama que, a todas luces, supone la flagrante infracción del reglamento regional sobre espectáculos taurinos populares. Uno de los agentes, poco después, se convertiría en uno de los protagonistas del rito taurino.
Lo único que se sabía con certeza cuando apenas eran las 9:45 horas es que la llegada de la comitiva humana y cuadrúpeda no crearía la habitual polvareda. Las lluvias, no tan intensas como las pronosticadas, de las últimas horas habían sembrado un fino manto húmedo en el repecho que supone el emboque entre el tramo campero y los preliminares del tramo urbano.
La salida de bravos, tres novillos, dos negros y uno colorado, de Adelaida Rodríguez y de Ribera de Campocerrado, y de mansos, una piara de berrendos en colorado, resultó tan puntual como impetuosa. Bajo las copas de los pinos, elementos de tracción animal y mecánica mezclaban trayectorias, convirtiendo en metáfora disruptiva lo que debería ser, como rememoración, la conducción lenta y pausada de las reses de lidia bajo la conducción de los cabestros y los caballistas.
El tramo campero, rápido y algo convulso, supuso la desviación, hacia la izquierda, de unas reses que galopaban en zig-zag entre pinos y zumbidos mecánicos. Un acompañante a pie del encierro y un caballo resultaron cogidos, éste último con una cornada. Minutos después, ya en la zona mixta (campera-urbana) otra cabalgadura resultó herida ante la acometida del novillo prófugo.
Un astado, negro zaíno, terciado de anatomía pero de arboladura abierta y generosa, el más ofensivo del tridente de lidia, tuvo en vilo a la población, caballistas y espectadores, durante más de veinte minutos. Barbeó primero las tímidas y temblorosas talanqueras ('solo para encauzar', dice el cartel) situadas a la izquierda en el sentido del encierro. Lo hizo por fuera, irredento a las previsiones organizativas. Momentos de confusión y de certificación de límites físicos para los más veteranos.
Posteriormente cambió de bando (algo nada inusual en jornada electoral) y, allí, entre un resplandeciente majuelo, un pequeño grupo de pinos y algunos todoterrenos de histórica carrocería, el astado arremetió con furia a un hombre de mediada edad, al que lanzó violentamente al suelo y, sin éxito, le recetó dos gañafones que de milagro no lograron cornearlo. En ese mismo escenario, un agente de la guardia civil logró esquivar, en escorzo tan improvisado como efectivo, la acometida de la res.
Lo que pudo ser una tragedia quedó en unos golpes y un susto mayúsculo. El desgaste de energía, y el aprendizaje propio de todo ser vivo, hicieron que el novillo se emplazara junto a un majuelo, lugar en el que se sentía menos acosado por las pasadas, garrocha en ristre, de los caballistas.
Noticias relacionadas
Tras varios intentos fallidos, y con la ayuda de tres bueyes, finalmente el novillo díscolo rezagado fue conducido hacia las calles de la villa parrillana, en la que esperaban, impacientes, los espectadores más precavidos, amparados por las talanqueras que flanquean el último tramo del encierro.
Pocos minutos después, antes de las once de la mañana, decenas de vehículos con sus remolques abandonaban La Parrilla una vez consumado el rito del primer encierro campero (que no campestre) de la provincia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.