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Miembros del Grupo de Incendios de la Guardia Civil, desplazados desde la Comandancia de León, han investigado durante cuatros días los restos de las tres ... naves afectadas por el fuego ocurrido en la noche del pasado 5 de enero, en el polígono industrial de Zaratán situado junto a la autovía A-60. Un suceso en el que los bomberos de la capital y la Diputación estuvieron interviniendo durante más de 48 horas, como consecuencia de las prendas textiles que había en el interior de la nave. También se vieron destruidas tres furgonetas que estaban estacionadas en el interior.
El espacio es propiedad de la empresa gallega Arentea, después de que fuera vendida por la constructora Espina. Las llamas, cuyo origen se investiga por los especialistas del Instituto Armado, prendieron en centenares de fardos de ropa usada, que procedía de contenedores de la empresa manchega Recuperalia Servicios Ecológicos, con sede en Toledo. Sin embargo, el arrendamiento fue realizado por Jóvenes Unidos por el Desarrollo Medioambiental, una mercantil limitada de la que el Ayuntamiento de Zaratán no tenía constancia de que operase en el polígono industrial, ni poseía licencia de actividad. En este sentido, los servicios municipales están calculando los daños ocasionados al patrimonio público para incorporarlos a las diligencias que tiene abiertas el Juzgado de Instrucción número 6.
Pero además, el Consistorio ha acordado la declaración de ruina no solo de la nave principal, de donde partió el fuego, sino de otra contigua que se dedicaba a las instalaciones eléctricas. «El fuego, el humo y el agua vertido para sofocarlo ha afectado a los tableros de hormigón y los pilares. Ahora estoy buscando otra nave porque la mía la tienen que tirar», explicó el industrial Andrés Alonso. El Ayuntamiento ha comunicado a los dueños la declaración de ruina, y ha vallado la parte exterior.
Las altas temperaturas que cogió la nave principal de unos de 300 metros cuadrados también alcanzaron a la estructura de un tercer espacio industrial, en la calle Agricultura. El mismo está ocupado por la delegación de Cerámicas Rocersa, cuya fábrica principal está en Castellón.
«El calor tan grande que se registró fundió la línea de las luces, y ha afectado al techo de chapa. Ahora no sabemos quién se hará cargo de todos estos daños, aunque el perito de nuestra compañía ha venido ya para realizar el informe», explica Óscar, el encargado de Rocersa, que al igual que el dueño de la empresa eléctrica desconocían quienes eran los vecinos y cómo apilaban toneladas de ropa y zapatos usados.
Mientras que los especialistas elaboran el informe, agentes de la Policía Judicial de San Isidro están investigando la actividad de Jóvenes Unidos por el Medioambiente, una microempresa constituida en septiembre del 2002 en Yuncos (Toledo) y que comercializa prendas de vestido, bolsos, zapatos, artículos de piel y bisutería al por menor. Según el Registro Mercantil, sus ventas anuales oscilan entre los 250.000 y los 750.000 euros, y cuenta con más de 11 empleados.
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