Aceras congeladas en las entradas de los centros educativos y patios enteros cubiertos de nieve. Así recibieron a primera hora de la mañana de ayer, con el mercurio bajo cero, buena parte de los centros educativos de la capital a los alumnos que regresaron ... a las aulas mientras los más de veintiséis mil estudiantes del resto de la provincia permanecían en sus casas por la decisión de la Junta de retrasar a hoy su regreso a las aulas. Una medida que no gustó al alcalde, Óscar Puente, quien reiteró que «había razones más que sobradas para haber retrasado el inicio de las clases, al menos, 24 horas y así se lo comuniqué a la Junta, ya que era imposible tener todos los centros despejados tanto en las entradas como en los patios a tiempo». El caso es que los centros abrieron y en muchos puntos, especialmente en las heladas calles de Parquesol, aunque también en otros muchos puntos de la ciudad (Delicias, Arturo Eyries, centro....), profesores, padres y alumnos llegaron a los colegios e institutos con rutas complicadas por las placas de hielo.
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La Consejería de Educación justificó su decisión del domingo por la tarde (menos de 24 horas antes del inicio de las clases) en los criterios de la Consejería de Fomento para garantizar la seguridad de las rutas escolares. Y ayer, con el mismo criterio, acordó reanudar hoy (martes) finalmente la actividad en todos los centros de la provincia, y del conjunto de Castilla y León. Una decisión que coincidió con el momento en el que peor situación presentan las carreteras de la provincia, con nada menos que dieciocho vías intransitables, especialmente al este (Valle de Esgueva) y al norte (Tierra de Campos), y avisos por la presencia de placas de hielo en muchos otras, como ocurrió a media tarde en torno a Medina de Rioseco.
Valladolid aún no se ha repuesto de los coletazos del temporal de nieve y hoy tendrá que enfrentarse a un nuevo fenómeno meteorológico en forma de niebla engelante (cencellada). La Agencia Estatal de Meteorología ha emitido un aviso amarillo en este sentido y advierte de que la visibilidad puede ser inferior a los cien metros en el conjunto de la provincia. Dicho aviso se suma al ya activado por bajas temperaturas, que rondarán los cinco grados negativos, lo que complicará aún la retirada de las placas de hielo de las calles y carreteras vallisoletanas.
«En la capital son muchos los alumnos que vienen de otros municipios y no entiendo las razones de la Junta para adoptar esta decisión, aunque creo que no la entienden ni los que la han tomado», incidió Óscar Puente antes de apuntar que la apertura de las aulas solo en la capital fue, a su juicio, «una decisión irresponsable cuando habían sido advertidos de la situación y de la imposibilidad de poder garantizar la seguridad de la comunidad educativa». Educación, como parte aludida, declinó ofrecer más explicaciones al margen de incidir, a través de un comunicado, en que «las decisiones tomadas tuvieron como principal objetivo garantizar el derecho a la educación a la vez que se salvaguardaba la seguridad de todos los miembros de la comunidad educativa».
La apertura de los colegios, pese a todo, se realizó con relativa normalidad y solo una profesora del Instituto Antonio Tovar, situado en la calle Venezuela (Arturo Eyries), requirió de asistencia médica al sufrir una aparatosa caída a las 8:10 horas. El resto fueron resbalones sin mayores consecuencia, aunque en muchos centros se vieron obligados a saltarse los protocolos de entrada establecidos por el coronavirus ante la imposibilidad de que los alumnos guardaran sus filas en sus patios cubiertos de nieve congelada.
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«Fue una decisión precipitada, sin dar tiempo siquiera a los padres de la provincia a gestionar cómo conciliar la situación, mientras en la capital han expuesto a toda la comunidad a transitar por aceras heladas», apuntó la presidente la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Fapava), María Capellán, quien consideró que «lo lógico hubiera sido suspender todas las clases y haberlo decidido con tiempo cuando se sabía lo que iba a ocurrir desde hacía días». Capellán, además, apuntó que la situación dejo escenas «injustas» con «alumnos de fuera de la capital que podían justificar su ausencia si venían en autobús –al estar suspendido el transporte escolar– y padres obligados a traer a sus hijos con sus vehículos».
La situación más complicada, sin embargo, se produjo a consecuencia de una avería en el sistema de calefacción del colegio El Peral, situado en la calle José Velicia, que fue reparada en la misma mañana, aunque el centro permitió a los padres recoger a sus hijos al encontrarse las aulas a apenas once grados.
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La concejala de Educación, Victoria Soto, anticipó que «tendremos la calefacción encendida toda la noche si es necesario para que mañana –por hoy– puedan retomar la actividad con normalidad». La edil explicó que una avería similar se registró en el colegio Miguel de Cervantes, en la calle Arca Real, si bien se «pudo solventar a tiempo al informarnos el mismo viernes en el que decidimos comenzar a calentar los colegios». Soto también concluyo que «lo más prudente hubiera sido aplazar la vuelta al colegio en la capital».
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