Cinco nuevas obras rehabilitadas gracias al convenio entre la Diputación y las Edades del Hombre

El presidente de la Diputación, Conrado Íscar, y el secretario general de la Fundación, José Enrique Martín Lozano, han estado acompañados por el delegado de patrimonio del arzobispado de Valladolid y por alcaldes, párrocos y vecinos de las localidades de donde proceden las piezas. También por el regidor de Valbuena de Duero, José Augusto Rodríguez, quien ha ejercido de anfitrión.

En la bella sala de trabajos del monasterio, se han mostrado las tallas intervenidas a los asistentes y, ahora, retornarán a sus respectivos templos. Las imágenes que acaban de recuperar su esplendor son: la Virgen con el Niño (s. XVII), de Cubillas de Santa Marta; el Cristo del Humilladero (s. XVI), de Villán de Tordesillas; el Ecce Homo (s. XVIII), de Arrabal de Portillo; San Miguel Arcángel (s. XVI), de Barcial de la Loma; y el Llanto sobre Cristo muerto (s. XIV), de Pedrosa del Rey. Todas ellas son tallas de madera policromada y, como se expuso durante el acto, se trata de cinco obras de bella factura y de gran calidad artística.

La directora del Centro de Restauración y Conservación de Las Edades del Hombre, Silvia Lorenzo, ha sido la encargada de detallar las distintas labores que cada pieza ha requerido. En líneas generales, al tratarse de obras de madera policromada, como explica Lorenzo, «sí que han tenido algunos tratamientos en común. Primero, se trata la madera según el estado de conservación que presente. A todas se realiza un tratamiento de anoxia para eliminar la carcoma que pudieran tener, consistente en introducirlas en una bolsa hermética de la que se extrae el oxígeno y se sustituye por un gas inerte, el nitrógeno en nuestro caso. Esto se hace por sistema pues casi todas las piezas tienen insectos, o por prevención».

De igual forma, «se mira si hay algún desajuste en la madera y si la pintura está suelta, como en el caso del Cristo del Humilladero que tenía la policromía original muy suelta; en algunas zonas a punto de caerse y en otras ya se había caído. Ahí ha ido enfocada principalmente su restauración, porque en cada caso particular tienes que hacer lo que la obra te pida», indica la directora del taller. Por ejemplo, en los otros casos la policromía estaba bien asentada pero recubierta de algún repinte, «por lo que ha habido que investigar y hacer catas diferentes para saber si había algo debajo del repolicromado, porque no siempre los hay. Hemos tenido suerte porque sí había policromía original».

El Ecce Homo «lo que tenía era muchísima suciedad, aparte de por el barniz que se había oscurecido mucho, tenía también mucha suciedad acumulada e incrustada». La que mejor estaba, dicho esto «ente comillas», claro, era la Virgen con el Niño, «porque estaba la madera muy bien y muy estable y no tenía mucha suciedad. Un poco oscurecimiento de barniz y algún repolicromado».

Como curiosidad citar las dos cuartillas encontradas en una oquedad oculta en la espalda de San Miguel Arcángel, un papel que, lejos de contener unos párrafos de contenido religioso o devocional, lo escrito parece ser una misiva en la que se habla sobre temas concernientes a vivienda y alquileres, citándose también la vendimia como posible época en la que discurre lo narrado.

En principio los restauradores pensaron que era un papel destinado a encajar alguna pieza de la imagen, algo que se encuentran de vez en cuando, utilizándose también trozos de tela para ello.

Durante las intervenciones protocolarias, José Enrique Martín, secretario general de la Fundación, ha apuntado que «estas piezas son memoria patrimonial de los pueblos, forman parte de la identidad, el sentimiento de arraigo y de la sociedad, y conservarlas es afianzar las raíces y la pertenencia al territorio».

Por su parte, Conrado Íscar, declaraba que «estamos ante una actuación que es un claro ejemplo de éxito, de colaboración entre instituciones, que nos ha permitido recuperar y restaurar piezas que, sin esa colaboración, posiblemente no podrían haber recibido los tratamientos oportunos para garantizar su pervivencia».

20 ediciones del convenio de colaboración: 2002-2022

Desde el año 2002, la Fundación Las Edades del Hombre y la Diputación de Valladolid han recuperado más de un centenar de piezas de arte religioso procedentes todas ellas de municipios de la provincia.

Concretamente, han sido 108 las que en estas 20 ediciones del convenio han sido estudiadas, diagnosticadas, e intervenidas en el Centro de Restauración y Conservación del Monasterio de Santa María de Valbuena con el fin de salvaguardar el valioso legado centenario que un territorio como el vallisoletano custodia a través de los siglos.

Durante este tiempo y gracias a esta acción conjunta mantenida cada año, se han podido recuperar esculturas, lienzos, pinturas sobre tabla, murales, orfebrería, pasta o policromados llegados desde las ocho comarcas de la provincia y poniendo en evidencia un rico patrimonio artístico y devocional; un auténtico repaso por las épocas y la historia, desde la medieval hasta la más actual, recorriendo destellos románicos, barrocos, renacentistas o más cercanos a nuestro días.