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Mientras baja la persiana de su comercio y prepara el cartel de 'se alquila' para colocarlo en ella, Isabel de la Rosa se muestra «muy agradecida, de verdad, a Peñafiel y a la comarca; se han portado superbien». Agradecimiento y cariño que es recíproco, como ... así lo han expresado muchos vecinos a través de redes sociales cuando, desde los perfiles de la tienda en Internet, han comunicado el cierre.
Con la emoción contenida, Isa, como la conocen todos en Peñafiel, cierra Moda Mimos después de 34 años detrás del mostrador de este establecimiento situado en la calle Parque de la Judería, una tienda que abrió especializándose en ropa infantil, la única que quedaba en Peñafiel. Isa se jubila, no sin pena, pues una parte muy importante de su vida, de su dedicación y también de su propia realización personal ha estado detrás de ese mostrador al que ha dedicado muchas jornadas, muchas horas, incluso cuando bajaba la persiana, pues la tarea no finalizaba cerrada la puerta del establecimiento, ya que había entonces había que aprovechar para coger el coche y, con su marido, ir a mirar y adquirir género. Un género de calidad y siempre ofreciendo variedad.
Esa dedicación en cuerpo y alma a la tienda la ha completado con una formación y reciclaje continuo, reconociendo la importancia que en este aspecto tiene Aempe, la asociación de empresarios de la comarca. No ha habido curso de Aempe que Isa haya dejado escapar con el objetivo de prestar un mejor servicio y de gestionar la tienda de forma eficiente.
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El trato cercano y de absoluta confianza ha sido la enseña de la casa, la cual comenzó su andadura en el verano de 1990, un par de meses después de que su hermano y hermana pusieran en marcha el bar contiguo, el Tevet. Entre los tres compraron un local, bajo un edificio de pisos, y allí distribuyeron los espacios. «Nosotros abrimos cuando mandamos a los niños al colegio». Fue cuando «decidimos dar el paso de poner nuestro negocio, de emprender, que entonces no se llamaba así. De hacerme autónoma; entonces eras autónomo y punto», explica Isa, quien reconoce que aunque sí sabía algo de costura al haber trabajado, junto a su hermana, en un taller en Cogeces del Monte -pueblo del que descienden-, no tenían ninguna experiencia comercial y de atención de cara al publico. «He empezado y me he curtido aquí. Mis hermanos y yo, respecto al mostrador, no teníamos ni idea, la verdad, pero ni idea».
Reitera el afecto que tiene a la localidad, así como su agradecimiento. «Aquí he tenido a mis hijas, que adoran Peñafiel, y yo también, y al que estoy muy agradecida». «He estado encantada en la tienda».
Entiende que «no hay un pueblo sin comercio ni un comercio sin pueblo», que una cosa sin la otra no es posible, son vasos comunicantes. Optó por una tienda que se especializaba en moda infantil porque «yo tenía dos hijas y no había ropa de niños, y eso fue también un factor, pero también me gustaba», señala Isa. «Primero nos enfocamos en los niños y luego amplié. Cuando las chavalas se hicieron mayores amplié la tienda, el doble, y ellas empezaron a meter ropa más de mayor». «Empecé despacito y según me pedía la gente, según iban solicitando, yo iba trayendo lo que que me demandaban. Lo siguiente fue más cosa de las chavalas, de mis hijas, que se hicieron mayores y me decían qué traer. Y es verdad que fue bien».
Fue bien también en la faceta humana, ya que, como reconoce Isabel, «no solamente es vender un producto, sino el trato diario con el que socializas muchísimo» y estableces fuertes lazos que trascienden lo profesional. De tal forma que para el pueblo «soy Isa la de Mimos, mi hijas eran las de Mimos, y mi marido, el marido de la de Mimos».
Isabel baja una persiana pero sube otra, la de la familia y la del más que merecido descanso y disfrute de su jubilación después de décadas de trabajo. «Ahora a descansar», dice Isabel. «Tranquilidad, hacer algún viajecillo y disfrutar un poco más de mis nietos, Jimena y Lucas, a ver si ahora me quieren más a mí que a su abuelo, que era el que estaba más rato con ellos».
La tienda baja la persiana mientras se vacía de ropa, pero de lo que no se desprenderá el establecimiento será de un género precioso, el más preciado, como es el cariño de todo un pueblo, el de toda una comarca a Isa, la de Mimos.
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